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El Ajuntament aprobó en el último pleno la recepción de la segunda fase de la urbanización del Vall del Bóquer, pero la Comunidad de Bienes Ramón Carbonell tendrá que subsanar una serie de deficiencias detectadas en la iluminación sustituyendo las farolas de las calles. La recepción de la segunda fase coincide con el inicio de obras de la tercera fase de esta urbanización, que implica la excavación de la falda de la montaña.

Esta tercera etapa contempla la construcción de dos viviendas unifamiliares por cada una de las 25 parcelas que se ubican en dos calles, situadas sobre la futura vía de circunvalación que conectará la carretera general que une Pollença con el Port con la carretera que va a Formentor. El equipo de gobierno es plenamente consciente del impacto ambiental que causará la obra, pero la tercera fase que ahora se desarrolla dispone de un plan parcial aprobado desde hace tiempo y de un proyecto de urbanización, por lo que la alcaldesa socialista, Francisca Ramon, explicó que «no se puede hacer nada».

La tercera fase de la urbanización no hará sino incrementar el nivel de urbanización que ya padece el valle de Bóquer. En algunas parcelas que hasta ahora no estaban urbanizadas también se están construyendo nuevos bloques. Las 15 parcelas que quedan por debajo de la vía de circunvalación estarán cubiertas de adosados.