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El Govern de les Illes compró las fincas de Aubarca y Es Verger, en Artà, para evitar que fueran vendidas en Alemania. Empresarios alemanes habían suscrito una opción de compra de la sociedad que gestionaba ambas fincas por 900 millones de pesetas asumiendo también las deudas de la misma, y sin hacerla efectiva ya habían puesto a la venta las fincas en su país por 2.000 millones. Antes de prosperar la operación, el Govern aprovechó para negociar la compra de las possessions por 1.200 millones en tres anualidades.

El conseller de Turisme, Celestí Alomar, justificó de esta forma la compra directa de ambas fincas en el transcurso de una comparecencia parlamentaria solicitada por el Partido Popular. Alomar expuso que se hicieron dos valoraciones: una de un arquitecto que tasó el precio en 1.518 millones de pesetas fechada el 4 de enero y otra de técnicos de Patrimoni que valoraron las propiedades en 1.240 millones el 25 de enero. Esta explicación no convenció al PP. El diputado Joan Flaquer insistió en que «se ha favorecido a un particular, ya que de haber convocado un concurso público otros propietarios podían haber concurrido. Antes de tener los informes técnicos, el Govern ya había decidido la compra por 1.200 millones».

Al igual que la consellera de Medi Ambient en una comparecencia el día anterior, el titular de Turisme destacó que la política del Govern irá encaminada a la compra de patrimonio natural con la idea de crear una red de espacios naturales.