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El convenio firmado ayer por la Conselleria d'Educació i Cultura con los ayuntamientos de Muro, sa Pobla y Pollença permitirá que ambas instituciones contraten un mediador cultural, preferentemente un profesor de origen magrebí, que actúe como puente entre la tarea docente en los colegios con los hijos de los inmigrantes norteafricanos y sus padres. Esta figura de nueva creación pretende implicar a las familias completas para mejorar su integración social. «Es imprescindible que el colegio sea un mecanismo de integración y cohesión social», manifestó el conseller Damià Pons, quien considera «prioritario» cualquier esfuerzo en beneficio de la integración de los recién llegados.

El coste de cada mediador será de 2'4 millones de pesetas, a pagar a partes iguales por Govern y ayuntamientos. La principal tarea de este profesional será explicar a los familiares de los niños de la importancia de la escolarización y la necesidad de que sus tutores compartan con ellos determinadas actividades extraescolares, favoreciendo así su participación en la vida del pueblo. Esta labor será especialmente intensa con los jóvenes que llegan a Mallorca con el curso iniciado, pues «el colectivo magrebí es muy dinámico», apuntó la directora general d'Ordenació i Innovació, Catalina Bover.