Justo detrás de la montaña de Cala Carbó asoma el emblemático monte conocido como Cavall Bernat.

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MARIA MARTÍN «Urbanizar Cala Carbó, de Cala Sant Vicenç, va en contra de la filosofía que propugna la Conselleria de Turisme», afirmó ayer el conseller Celestí Alomar. El titular de Turisme explicó que «la Conselleria había escogido dos enclaves de la Isla, Cala Sant Vicenç y Sóller, para demostrar de qué forma se puede rehabilitar y esponjar una zona turística, incluso derribando algunos hoteles de la primera línea marítima. Alomar señaló que la intención de Turisme, en el caso concreto de Cala Sant Vicenç, era derribar un hotel que crea un enorme impacto ambiental negativo. El nombre del hotel no fue desvelado por el conseller pero todo apunta que se trata del hotel Don Pedro, situado en Cala Barques de Cala Sant Vicenç (Pollença). Alomar comentó con respecto al hotel que «las negociaciones mantenidas con la propiedad no han prosperado pero no se han abandonado». «Seguimos negociando hasta que lleguemos a un acuerdo», agregó.

El conseller no ocultó su preocupación porque el Ajuntament de Pollença conceda el permiso para construir los 50 chalets en la montaña de Cala Carbó, situada al lado de Cala Barques.

Celestí Alomar dijo, sin dudar un momento, que cuando leyó la noticia se puso en contacto con el Ajuntament de Pollença. Aunque curiosamente le explicaron que los cincuenta chalets ya estaban construidos y que lo que pretendía hacer ahora la promotora era finalizar las obras de urbanización. Pero cuando se enteró de que los chalets no estaban aún construidos quedó sorprendido.

Alomar informó que los técnicos de la Conselleria de Turisme están trabajando en la adaptación del Plan General de Urbanismo (PGOU) de Pollença al Plan de Ordenación de la Oferta Turística (POOT). Pese a que el conseller dejó claro que «desde un punto de vista legal no se puede parar la construcción de los chalets de Cala Carbó», se apresuró a añadir que intentará «convencer a quién crea más oportuno para que se desincentive el proyecto, para evitar el impacto negativo que se generará en una montaña tan emblemática como es la de Cala Carbó y Cala Sant Vicenç.