La policía dispuso de nueve agentes para controlar la circulación.

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MARIA VAZQUEZ A las siete de la mañana de ayer entró en funcionamiento la nueva reforma circulatoria en las calles del centro de Sóller. Se trata de una reforma que es consecuencia de las obras de remodelación de la plaza Constitució y la peatonización de varias calles.

La Policía Local, en previsión del caos que supondría la inauguración del proyecto, destinó a nueve agentes, que tenían la misión de ayudar a los conductores. El regidor de Governació del Ajuntament de Sóller, Jaume Colom, pidió un poco de paciencia a los ciudadanos y a los visitantes hasta que la situación se estabilice. Colom calcula que tendrán que pasar unos tres meses para que se ajusten todos y cada uno de los cambios realizados, y que una vez pasado este tiempo, será el momento de aplicar soluciones, según manifestó el político.

El sargento jefe de la Policía Local, Miguel Quetglas, manifestó que los ciudadanos deben acostambrarse a partir de ahora a utilizar menos el coche para entrar en el centro y emplear los aparcamientos públicos. «Estoy convencido que habrá muchos ciudadanos que no estarán conformes con la reforma pero es necesario esperar un poco para comprobar si es buena», señaló Quetglas.

Pese a estas peticiones de paciencia los taxistas y los comerciantes se mostraron muy disconformes con la situación. Un portavoz de los taxistas calificó la reforma de «caótica y conflictiva, ya que le deja al sector muy pocas oportunidades».