El día que presentaron la maqueta del proyecto, los promotores del campo de polo anunciaron una inversión de 25.000 millones.

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La Comissió Insular d'Urbanisme de Mallorca (CIUM) rechazó ayer la modificación de la Normas Subsidiarias de Campos para la construcción de un campo de polo en el término municipal. La comisión tomó por mayoría está decisión "el PP se abstuvo" al considerar que las Normas Subsidiarias de Campos no se ajustan al Plan de Ordenación de la Oferta Turística (POOT), lo que implica que no se puede tramitar la modificación del planeamiento.

Francesc Quetglas, presidente de la Comissió d'Urbanisme, explicó que se han detectado numerosas deficiencias que permiten frenar el proyecto contemplado en las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT), aprobado recientemente por el Govern balear. Quetglas hizo una lectura a largo plazo: «Para ajustar las normas urbanísticas al POOT se tardará por lo menos seis meses. Si en este tiempo se consolida un pacto progresista hay tiempo más que suficiente para reconsiderar este proyecto».

La Comissió Insular d'Urbanisme ha encontrado más deficiencias en el proyecto. La promotora del complejo deportivo considera que el impacto medioambiental disminuye si se diseminan las edificaciones. Para Urbanisme del Consell, por contra, «esta por demostrar que sea menor el impacto si se diseminan las construcciones en una zona de acebuches». También argumenta la CIUM para rechazar el proyecto que en Campos no hay agua de sobra. «Se tendría que realizar una previsión del crecimiento en el consumo de agua», indicó Francesc Quetglas.