Las decenas de toneladas de tierra que se han acumulado en el encinar podrían constituir un delito ecológico, según el GOB. Foto: MATEU PIERAS.

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Montones de tierra y algún que otro resto de obra se están vertiendo de forma incontrolada en un bosque de encinas situado junto a la gasolinera y el restaurante del Coll de sa Batalla, en Escorca.

El alcalde en funciones del municipio, Antoni Gómez (PP), ha confirmado que los escombros vertidos proceden de las obras de remodelación de las casas de la possessió de es Guix, situadas en el camino viejo de Lluc. Desde allí, los camiones han trasladado la tierra y los restos hasta unos terrenos propiedad de Mateu Martorell, que tienen la entrada justo al lado del restaurante. Una vez allí, descargan sus contenedores, cuyo contenido cae ladera abajo tapando los arbustos y las encinas que encuentra a su paso.

Esta actividad estuvo paralizada durante varios meses hasta que hace dos semanas los camiones volvieron a descargar toneladas de tierra en el espeso encinar. Cuando el alcalde, Antoni Gómez, ha tenido conocimiento de los vertidos ha ordenado a la Policía Local que detenga a los camiones si los ven en el lugar. Gómez ha hecho saber a los responsables de las obras que no deben volver a utlizar el bosque como vertedero.