Una imagen reciente de un complejo urbanístico levantado en Son Caliu.

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El equipo de gobierno socialista presentará el próximo jueves al pleno del Consistorio (a diez días de las elecciones municipales), una moción para aprobar una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana de 1991 con el fin de programar la ejecución de las licencias de edificación en el suelo urbano del municipio.

La propuesta, que para entrar en vigor necesita ser aprobada con mayoría absoluta (11 de los 21 votos de la Corporación), prevé conceder sólo licencias que no superen un crecimiento de población anual de 1.750 plazas, de las que 500 estarían reservadas a camas turísticas, 850 a uso residencial: 530 plurifamiliares y 320 unifamiliares. Se exceptúan nuevas edificaciones acogidas a los regímenes de protección oficial, las reformas o rehabilitaciones de las existentes, así como los núcleos urbanos de la villa de Calvià y es Capdellà.

Una vez agotados estos cupos, se pasará a los de los próximos ejercicios. De hecho, las solicitudes formuladas en lo que va de año ya han superado el total permitIdo para 1999. En caso de aprobarse la propuesta, el Ajuntament continuará dando licencias en el plazo de dos meses, pero programando la ejecución de la obra para los próximos años, hasta un máximo de tres. Es decir, se podría dar el caso, dada la avalancha de solicitudes, que el Ajuntament conceda ahora un permiso a los promotores pero con la condición de empezar a construir en el año 2002.

La batlessa ha señalado que la bonanza económica ha provocado un «efecto perverso» y que «el actual crecimiento, con un desbordamiento de proyectos de construcción de segundas residencias, es absolutamente insostenible». «Tal es el ritmo en estos momentos que en el plazo de dos años nos quedemos sin suelo urbano disponible si no tomamos medidas», agregó Nájera.