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Los concejales de Unió Mallorquina volvieron anteanoche a desmarcarse de sus socios del gobierno municipal (PSOE y PSM) y se abstuvieron, al igual que el grupo popular, en la votación de los presupuestos para 1999. El PP justificó que no está de acuerdo con la política económica del equipo que preside el nacionalista Joan Arbona y criticó el elevado porcentaje de endeudamiento que ha atesorado el Consistorio en los últimos años.

Los presupuestos municipales del presente ejercicio ascienden a 1.625 millones de pesetas y sólo recibieron el apoyo de los siete ediles socialistas y nacionalistas del PSM.

En el apartado de ingresos, las arcas municipales prevén recaudar 313 millones de pesetas a través de los impuestos de vehículos, contribución urbana y rústica e IAE. Asimismo, la Corporación confía en que las Administraciones Públicas (Gobierno central, Govern balear y Consell de Mallorca) aporten partidas por valor de 204 millones de pesetas.

El capítulo de inversiones asciende a 656 millones de pesetas, lo que significa más de una tercera parte del presupuesto. Entre las actuaciones más ambiciosas por su volumen económico figuran la reforma del Teatro Defensora Sollerense (35'4 millones de pesetas), el arreglo de varias calles (75'6 millones), la adquisición de varios solares (97 millones), la reforma del edificio del centro de salud (55 millones), obras de infraestructura en urbanizaciones (69 millones) y la ampliación de la calle Cetre (70 millones).