TW
0

Un pequeño local, ubicado en la calle Cruz, se ha convertido en el centro de oración y prácticas religiosas de la población que profesa la religión islámica en Inca.

En el último año, alrededor de 400 personas de origen magrebí se han empadronado en Inca y se calcula que residen en el municipio más de 500.
Esta circunstancia ha provocado que un grupo de inmigrantes haya abierto esta mezquita que, al mismo tiempo, funciona como un centro cultural.

Todas las actividades se realizan a través de la asociación Benteyeb, nacida con el objetivo de mantener viva la cultura y las costumbres islámicas entre sus miembros, y al mismo tiempo facilitar a los inmigrantes magrebíes su integración dentro de la sociedad y la cultura mallorquina.

Los promotores de la asociación, todos ellos residentes desde hace algunos años, en la ciudad de Inca indicaron a Ultima Hora que «entre otras actividades queremos instruir a los hijos de inmigrantes en la lengua árabe, ya que creemos que no la deben perder. Al mismo tiempo, se dará una formación religiosa enseñando el Corán, las sagradas escrituras musulmanas, ya que en los colegios no pueden aprenderlo».