El proyecto alternativo de reforma de la plaza es el que finalmente se llevará a cabo.

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La Plaça Major de Pollença no va a tener ninguna rampa. Así lo decidió el pasado lunes la comisión de urbanismo del Ajuntament, por unanimidad, al rechazar el primer proyecto de reforma de la plaza elaborado por Rosa Barba, que eliminaba las escaleras de la plaza y sustituía el espacio que dejaban por una rampa.

Pero la presión popular, que incluso originó la creación de un colectivo llamado Plataforma Pro"escala, ha provocado que los diferentes grupos políticos con representación en el Ajuntament hayan cambiado su postura inicial: de votar de forma unánime a favor del proyecto de Barba han pasado a rechazarlo y apoyar el proyecto alternativo de reforma de la plaza que ha realizado el arquitecto municipal, Jaume Carbonero, quien ha vuelto a poner escaleras en la plaza, aunque no con la misma distribución en la que se encontraban antes de que empezase la reforma el 17 de noviembre del año pasado.

El concejal y presidente local del PP, Bartomeu Vallori, manifestó que la rampa «ya no nos gustaba. Que ahora hayamos dicho sí al proyecto alternativo no responde a la presión popular».

Guillem Far, presidente de la agrupación local del PSM, aseguraba que «es cierto que nos gustaba el proyecto inicial de Rosa Barba, pero hemos optado por el alternativo porque integra más el espacio con la plaza».

El concejal de UM Guillem Matheu manifestó que «cuando nuestro grupo levantó la mano a favor del proyecto de Barba, no podemos negar que lo hizo porque nos gustaba, pero hemos escuchado la voz del pueblo y nos hemos decidido por el proyecto modificado de Carbonero».

El representante del PSOE, Pere Capó, anunció que la finalización de la obras de reforma de la plaza no va a sufrir ningún retraso a pesar de la polémica que se ha levantado en Pollença.