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La delegada de Vías y Obras del Consell de Mallorca, Mercè Amer, el alcalde de Escorca, Antoni Gómez, y el ingeniero Francesc Rosselló visitaron ayer la carretera de sa Calobra, una de las más peligrosas de la red viaria de Mallorca en cuanto a desprendimientos se refiere, ya que hay diez puntos considerados como zona de riesgo, que suman 1.107 metros viarios.

Durante la visita, Amer expuso un proyecto con el que el Consell pretende solucionar los desprendimientos. La solución pasa por instalar unas barreras dinámicas en las laderas, consistentes en unos soportes metálicos con doble malla, una que aguantará el fuerte golpe de las rocas cuando se desprenden, y otra, más estrecha, que no dejará pasar los trozos de piedras más pequeños.

Rosselló afirmó que los desprendimientos se producen «porque la roca está muy fragmentada. Otra causa es la práctica ausencia de vegetación, que provoca que no haya contención natural».