Imagen de uno de los accesos, desde es Carnatge, a Can Pastilla. | F.F.

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No es un barrio al uso. Su privilegiada ubicación, frente al mar y en la parte más familiar y tranquila de toda la extensión de la Playa de Palma que nace allí convierte a Can Pastilla en un lugar plácido dentro de la vorágine de un espacio que, especialmente cuando se inicia la temporada turística, altera su paisaje y fisonomía. Algo que se nota ligeramente menos en esa zona, en la que un fuerte poso vecinal les permite mantener su personalidad. Pese a todo...

Por un lado, las estrechas y entrelazadas calles residenciales que se presentan el finalizar es Carnatge conducen a Cala Estancia como antesala del Club Marítimo San Antonio de la Playa, la puerta hacia el extenso arenal que se prolonga hasta ya entrado el municipio de Llucmajor.

Plaza Pius IX, epicentro de la barriada. Foto: F.F.

La zona de la Plaza Pius IX es el epicentro social. Allí se celebra el mercado y se encuentran la iglesia parroquial y buena parte de los servicios. Desde oficinas bancarias a tiendas, panaderías, la oficina de Correos o el centro de salud, siendo lugar de paso para muchos de loe vecinos, entre los que se mezclan cada vez más los turistas. Bien los alojados en los hoteles de toda la vida o los que componen el paisaje de la planta de la Playa de Palma. Pero también de esas viviendas de alquiler vacacional que allí también proilferan, además de la llegada de nuevos residentes de otros países que se insertan en una geografía humana en la que los locales siguen siendo una parte importante, dada la calidad de vida de buena parte del barrio.

Una de las calles próximas a la playa. Foto: F.F.
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La Associació de Veïns Sant Antoni de la Platja-Can Pastilla es el nexo de unión de todos ellos, y el punto de conexión con el Ajuntament de Palma en un espacio saturado en verano y en el que, al igual que en otras zonas próximas, la conectividad a través del transporte público, principalmente la EMT, es una de las grandes reclamaciones, dada la alta ocupación de las líneas que unen la Playa de Palma o s'Arenal con la capital. A ello se suma el factor de la movilidad y los problemas de aparcamiento, que se multiplican en verano con la aparición de vehículos de alquiler.

El CEIP Can Pastilla y el IES La Ribera son sus centros educativos dentro de ua zona en la que se echa en falta algún espacio más de juegos infantiles. La Asociación de Gent Gran Sant Antoni de la Platja anuncia actividades como pintura, memoria, gimnasia o yoga buscando dinamizar socialmente a una barriada en la que una entidad destaca a escala deportiva: el Club Marítimo San Antonio de la Playa, uno de los más importantes de Mallorca.

Inicio de la zona de la Playa de Palma, en Can Pastilla. Foto: F.F.

En invierno, el cierre total de la infraestructura hotelera y de servicios dibuja un panorama que cambia radicalmente en verano, cuando todo se dispara y conviven bicicletas, tablas de pádel surf y los numerosos turistas que pueblan Can Pastilla, o los visitantes puntuales de la playa, que por su proximidad con Palma es una de las más solicitadas.

Instalaciones del Club Marítimo San Antonio de la Playa. Foto: F.F.

La presencia de Emaya se hace notar, más cuando se trata de una zona con alta ocupación humana en verano y que es escaparate de la primera línea de Palma, aunque siempre el incivismo está presente por parte de quienes no respetan las normas de limpieza. Al igual que la inseguridad, que crece en temporada alta por la presencia de delincuentes 'de temporada'' que persiguen víctimas en forma de turistas. Por ello, la presencia policial (local y nacional) se hace notar, pero siempre parece insuficiente dado el volumen de población que reside o transita, especialmente en verano, cuando Can Pastilla pasa del silencio invernal al bullicio total.