El cheff Santi Taura en una imagen de archivo.

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«Fora hotel-Taura Arruix». Este es el lema que luce la pancarta que cuelga del balcón de un vecino de sa Calatrava cargando contra el establecimiento Llorenç Parc de la Mar y contra el cocinero Santi Taura, cheff estrella del hotel de ciudad situado en Dalt Murada. «La pancarta lleva cinco años colgada, este señor la puso antes incluso de que abriéramos. La realidad es que hoy en día no hay ningún problema, nos hemos ido adaptando para llevarnos bien con todo el mundo y somos unos vecinos más», dice Taura.

La respuesta de Taura contrasta con las quejas que el colectivo vecinal de la barriada ha trasladado a Ultima Hora. Los vecinos llevan tiempo denunciando las molestias derivadas de la apertura de este y otros hoteles urbanos. El intento frustrado de retirar los árboles de la Plaça Llorenç Villalonga, que tapan las vistas a los turistas, ha sido la gota que ha colmado el vaso.

Respecto a los ruidos, el conocido cheff mallorquín dice que «el director del hotel se ha reunido varias veces con los vecinos desde que abrimos y nosotros nos hemos ido adaptando, para reducir al máximo las molestias y llevarnos bien con todos».

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Recuerda que el establecimiento en el que ofrece su experiencia gastronómica Dins, «es solamente para adultos, los clientes son muy tranquilos y no tenemos zonas comunes, salvo un pequeño salón con chimenea y una pequeña piscina en la terraza».

«Nosotros cerramos todo a las 23.00 horas en verano, aunque por normativa podríamos tener abierto hasta las 24.00 horas. En invierno la terraza cierra a las 18.00 horas y no hay ruidos, no ocurre como en Lloseta donde tenía mesas de 10 o 20 comensales... Este es un hotel pequeño para parejas», añade.

Parte de las quejas que el colectivo vecinal ha trasladado a Ultima Hora se centra en el incremento del número de vehículos que circulan por la zona Acire, especialmente en la trasera del hotel, en la que hay un carga y descarga que utilizan los proveedores. «Por esta calle no pasan solo los proveedores, pasan también los demás vecinos, los taxis y hay otros tres hoteles en la zona», dice Taura.