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El pasado noviembre cayó el Plan de Ordenación Detallada (POD), lo que dejó en el aire edificios que debían ser protegidos en el nuevo catálogo de 350 edificios y elementos de interés en el municipio de Palma. La entrada del nuevo equipo de gobierno cortó la tramitación de esta parte del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), cuya parte estructural sí que se aprobó de manera definitiva en abril del año pasado.

El regidor de Urbanisme, Óscar Fidalgo, explicó que «el 30 de noviembre se firmó una orden en la que se advierte que aquellos edificios que tenían que ser incorporados al catálogo y o lo hicieron por la caída del POD, ahora tendrán que pasar por la Comissió de Centre Històric», lo que podría evitar su derribo para hacer obra nueva.

Fidalgo señaló que se está trabajando en el nuevo POD, «la intención es aprobarlo lo antes posible» y con la arqueóloga municipal para «ampliar los elementos a proteger». Una novedad sería incluir el Camí Real de la finca de Son Quint, que pronto adquirirá el Ajuntament de Palma.

En este POD venían lo que serían las ‘instrucciones’ de determinadas áreas de urbanismo, como las limitaciones de apertura de bares y salas de apuestas, la prohibición de abrir viviendas turísticas en plantas bajas y adosados o los solares que iban a ser destinados a equipamientos públicos. Entre esas nuevas incorporaciones previstas para el nuevo catálogo se encontraba Can Feliu, la cale Polvorín, el teatro Xesc Forteza, el hotel Artmadams, el Instituto Balear d’Infertilitat, el Velòdrom, sa Pressò, el CEIP Lluis Vives, el antiguo edificio de Telefónica o el conjunto de viviendas del tramo central de 31 de Desembre, las calles Reina María Cristina, el triángulo que comprende las vías Pablo Iglesias-Julià Álvarez y Sanchís Guarner, la estación de tren de Son Sardina o la parroquia Sant Josep Obrer.

La regidora de Més per Palma, Neus Truyol, que ostentó en la legislatura pasada el cargo de concejala de Model de Ciutat, advirtió que «si el edificio no está catalogado, la Comissió del Centre Històric tiene su propio criterio. Ante la duda podría parar la demolición y valorar con la propiedad porque se quiere iniciar la tramitación de la catalogación».

Sin embargo, Truyol mostró su preocupación ya que «si la licencia que han solicitado los promotores cumple con la normativa, se tiene que dar». De esta manera, la regidora de Més teme que haya algún inmueble que se pierda por el camino, mientras se está reformando el POD para su aprobación definitiva.