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Algunos comercios se han declarado en rebeldía y el próximo sábado cerrarán sus puertas aunque sea laboral. El hecho de que este año el Ajuntament de Palma haya declarado que no sea festivo el día de Sant Sebastià para pasarlo a Sant Joan ha disgustado a muchos que sí trabajan en sábado. Entre ellos comerciantes como los propietarios de Melicotó, Lila i els Contes, Drac Màgic, Llibreria Pròpia, Ínsula Literaria.

«Es una medida clasista. ¿Quién tiene fiesta este sábado? Los funcionarios o los políticos, pero hay muchísima gente que trabaja el día de Sant Sebastià si no se declara festivo», señala Marta Prunés, propietaria de la librería Lila i els Contes. Pero sobre todo, para Prunés el motivo de enfado es que «es una falta de respeto al patrón de Palma, que es Sant Sebastià. Es no creer en tu propia cultura».

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Por su parte, Jaume Vich, de Melicotó, ha decidido cerrar la barrera desde el mismo viernes a mediodía. No en vano es el centro neurálgico de Orgull Llonguet, impulsor de las fiesta ciudadana al margen de las celebraciones oficiales y culpables del despegue de la fiesta de cofradías.

«Cerramos a mediodía y cada uno de nosotros nos vamos a comer con nuestras cofradías. El sábado es un día de resaca, aunque el día de la Revetla a las diez ya estamos en casa. No se piensa en las personas que no somos funcionarios», dice Vich. Al ser autónomos, cierra sus puertas y además, da libre a sus empleados para celebrar la fiesta de Palma.

Por cierto, por muchos huevos que el domingo pasado se llevaran a Santa Clara, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMT) prevé lluvias solo para este sábado, día de la Revetla. Hay tradiciones que nunca se rompen.