Paradas abarrotadas a mediodía en la plaza de España, de Palma. | Pilar Pellicer

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A las ocho de la mañana una multitud de personas se agolpan en las paradas de autobús de Plaza España. La pelea por hacerse un hueco en el transporte público es enconada. En os últimos meses las quejas de los usuarios de los buses de la EMT se han multiplicado: los buses van repletos, algunos tanto que dejan pasajeros tirados en la parada. También hay quejas por el espaciamiento de frecuencias que desesperan a los pasajeros. El billete gratuito, vigente durante todo el año, ha incrementado el número de viajeros pero también se percibe en los buses más repletos.
A las ocho y veinticinco de la mañana está Laura Martínez, en silla de ruedas, acompañada de Maria Lemora, que esperan a un bus de la línea 33, rumbo a Son Espases.

«Sufro una enfermedad degenerativa y tengo que venir cada día a Son Espases para hacer rehabilitación y mantener el músculo», cuenta Fernández, que tiene 27 años. Otra cosa es que el transporte público le permita llegar a tiempo. El primer autobús la ha dejado plantada en Plaza España. «Había patinetes en la zona de carritos y minusválidos y no pudimos subir», advierten. Veinte minutos después pasa el siguiente autobús: la rampa de minusválidos no funciona y parte sin Laura. al final optan por coger el bus de la línea 16, para luego hacer transbordo hasta el hospital.

Los testimonios descontentos se multiplican. Luisa Zuluaga teme que «el transporte público deje de ser gratuito. Tienen sus excusas para decir que tienen pérdidas. Yo lo utilizo para ir al trabajo». Alejandro Quinteros espera el bus para ir a la UIB, y advierte que «hay menos frecuencias en la L19. y muchas veces te dejan tirado. Ayer estuve una hora esperando el autobús al salir de clase y había tanta gente que los buses se llenaban. Al final tuve que optar por el metro».

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«Voy a Son Espases por rehabilitación pero a veces no llego porque no hay sitio o no funciona la rampa», Laura Martínez, pasajera de la EMT.

Las quejas llegan desde todos los rincones de Palma. Una residente de Génova denuncia que «a nosotros nos afecta la línea 46 y 47. Lo que ocurre es que los buses se llenan de turistas en Cala Major y cuando pasan por Génova nos dejan tirados. Al final optas por coger un taxi para llegar al trabajo pero te gastas en un viaje lo que ganas en un día». Y calcula que el servicio ha empeorado «desde final de legislatura. Pero es que desde que está el nuevo Ajuntament es mucho peor».

Andrés Rodríguez, presidente del comité de empresa de la EMT, advierte que «esta es una situación heredada. Hay un marrón con la reparación de buses por los contratos caducados. Tenemos los talleres saturados por las reparaciones y a eso se suman las revisiones por aires acondicionados, la limpieza de filtros... Esta campaña no se ha hecho y por eso se han quedado en el taller». Este verano había cada día alrededor de 80 autobuses en el taller, lo que se ha notado en el servicio diario. «En la calle debería haber 185 ubses y al final hay 160. Además, hay más pasajeros, así que la situación es dramática».

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Un autobús lleno.

El anterior regidor de Mobilitat, el socialista Xisco Dalmau, denunció que «en estos 100 días a la EMT ya no la conoce nadie. Han empeorado las frecuencias, pasando de 20 a 30 minutos y hay más gente en las paradas. Aquí hay un incapacidad de gestionar». El responsable de la EMT en la pasada legislatura advierte que «problemas técnicos ha habido siempre, lo importante es que no tengan consecuencias externas». Y asegura que «hay líneas sensibles con muchos usuarios a las que no se le pueden recortar las frecuencias, como la de Son Espases». Para él es fundamental «gestionar el día a día pero también buscar inversiones fuera, como los 28 millones que nos dio el Ministerio de Transportes y Movilidad Urbana (MITMA) para invertir en nuevos buses o Bicipalma».

Punto de vista

¿Qué opina al respecto el equipo de gobierno actual? El regidor de Moblitat, Antonio Deudero, advierte que «en principio debería haber unos 30 vehículos en reparación y hemos llegado a los 100.». Además, asegura que «hubo una dinámica de paralizar proyectos de la EMT para empezar a pedir ayudas europeas». Deudero hace un recorrido por las cocheras de la EMT y advierte que «solo funcionaba uno de los doce puntos de recarga de buses eléctricos, que además tienen menos autonomía que un bus de gasoil, que puede funcionar hasta 16 horas seguidas. Un eléctrico aguanta nueve». Ahora, tras conseguir recargar todos los eléctricos, «hemos conseguido que la línea 10 sea 100 por cien eléctrica hace tres semanas».

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Un bus reposta en la gasinera de la EMT.

Los contratos de refuerzo de los talleres «estaban caducados en 2022. Ahora hemos conseguido que este refuerzo durante tres años más». Para ofrecer un buen servicio la EMT necesita tener operativos «entre 180 y 190 vehículos al día. Pero a mediados de junio apenas llegábamos a 150. Esto se debe a una falta de gestión [del anterior equipo de gobierno]. En poco más de 100 días de gobierno hemos revertido la situación y esta semana tenemos 171 vehículos disponibles y 18 de reserva». Y Deudero no olvida pedir disculpas por las molestias que sufren a diario los usuarios.