El banco de tierras, una iniciativa pionera para estimular el campo palmesano. | Teresa Ayuga

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En los últimos 60 años han desaparecido el 85 por ciento de las explotaciones agrícolas de Palma y, de las 2.201 que se cuantificaron en el municipio con el censo del año 1962, con una superficie ocupada de casi 15.500 hectáreas, se ha pasado a las 321 fincas actuales y una superficie que apenas supera las 4.500 hectáreas. Es por eso, para intentar recuperar la actividad primaria en Ciutat, que la regiduría de Medi Ambient de Cort ha puesto en marcha el proyecto piloto de un banco de tierras que ponga en contacto a los propietarios de suelo agrícola del municipio con agricultores que tengan interés en cultivar y sacarle un rendimiento económico a terrenos que están en desuso, según explicó el responsable del área, Ramón Perpinyà.

La iniciativa se enmarca dentro del Parque Agrario de Palma y la idea es frenar el progresivo abandono de los terrenos fomentando, especialmente, la agricultura ecológica y el producto de kilómetro cero, aseguró Perpinyà. Los interesados, tanto propietarios como agricultores, tendrán que inscribirse en la página web del banco de tierra y, mientras tanto, desde el Ajuntament se realizarán diversas charlas informativas en las zonas, como Son Sardina, Son Ferriol o Sant Jordi, donde se ha detectado más terreno disponible. Los técnicos, asimismo, realizarán diversos cursos de formación en agricultura ecológica durante el mes de noviembre y, dentro de dos meses, se realizará un balance para ver el nivel de aceptación y evaluar los progresos, ya que está previsto hacer un seguimiento del programa.

El trabajo de los promotores, aparte de poner en contacto a los interesados, es también orientarles sobre el modelo de contrato ente las partes ya que el abanico, destacaron, «es amplio y puede ir desde una cesión de uso de las tierras hasta un contrato de alquiler». El regidor de Medi Ambient destacó que la intención es que los terrenos agrícolas que son de propiedad municipal entren dentro del banco de tierras aunque apuntó que no son muchos y que su situación jurídica respecto a la iniciativa «es complicada».