Imagen de la barriada. | M. À. Cañellas

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Su situación no puede ser más estratégica. Se encuentra a un paso de las Avingudes, la frontera con el ansiado, disputado y carísimo Casc Antic. Se encuentra a escasos metros del mar y limita también con Nou Llevant, un barrio en eclosión en el que se están desarrollando promociones de viviendas a altos precios y se cuece a fuego lento el aterrizaje de un Distrito Tecnológico. Con semejantes frentes, el antaño humilde Foners empieza a percibir desembarco de inversiones y, sobre todo, las expectativas de un enclave palmesano que se va a transformando.

Esta misma semana se conocía que el Ajuntament de Palma ha otorgado la licencia de hotel a un edificio situado en la calle Pérez Galdós 29. Lo que era antes las antiguas oficinas de Comercial Bordoy se convertirá ahora en el nuevo establecimiento de la cadena Bordoy Hotels. Una elección de barrio que hace unos pocos años habría sido inusitada sino fuera porque abrieron dos albergues juveniles en la zona y que han dado más de un quebradero de cabeza a los vecinos.

«Uno de los peligros que está viviendo el barrio es la gentrificación. Aunque ahora mismo están los alquileres altísimos y ya se están pagando entre 900 y 1.000 euros de media por un piso. Y en la calle Joan Alcover ya se están alquilando habitaciones a 500 euros al mes», señala con preocupación Lourdes Martí, secretaria de la Associació de Veïns Ses Veles. «Aunque en realidad, en toda Palma está carísimo», añade, mientras revela que hay vecinos que están viviendo de alquiler con una renta antigua, que sienten mucho temor a que la barriada ahora se ponga de moda. «Estamos a cinco minutos de la playa y tenemos aquí al lado el Palau de Congressos. Toda la movida de Nou Llevant nos está afectando», aclara Martí.

Hace unos años, Foners se caracterizaba por acoger un buen número de talleres mecánicos (que mucho antes fueron huertos) y la mayor parte de sus residentes son trabajadores, especialmente en la zona más próxima a la calle Manacor. «El centro está colapsado de hoteles y ahora vienen para nuestro barrio. La Fachada Marítima está aquí al lado y aquí viven muchos funcionarios que trabajan en el centro», añade Martí.

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Lourdes Martí y José Abellá, de la asociación Ses Veles.

Racionalismo

Los edificios racionalistas se mezclan con las viviendas construidas para acoger a los obreros del boom turístico, mientras que el nuevo Plan General protege ahora las tradicionales casas de planta baja más primer piso. Al calor de las expectativas que genera Foners, Javier Lerma es uno de los empresarios que ha puesto sus ojos en el barrio. En enero tiene previsto abrir un gimnasio Anytime Fitness, «el primero con geotermia y energías renovables, generaremos más energía de la que consumiremos». Lerma advierte que «este es un barrio de oportunidades. Han abierto dos supermercados y está estratégicamente situado al lado del mar, de Avingudes y Sa Calatrava».

El empresario advierte que «hay una densidad de población muy alta y está empezando a tener mucho movimiento. Empresas como la nuestra se están fijando en Foners por la evolución del barrio». Entre los que recalan en la zona hay muchos estudios de arquitectura, atraídos por la cercanía de Gerencia de Urbanisme. Por su parte, Natalia Bueno, presidenta del Colegio de Agentes Inmobiliarios, advierte que «Foners está teniendo mucho movimiento, tal y como ocurre en toda Palma, con la excepción de Son Gotleu. Es muy positivo que haya movimiento en Foners, todo lo que sean mejoras para el barrio revalorizará las viviendas».

Precaución

Por su parte, desde la asociación de vecinos siguen manteniendo cierta precaución a la futura transformación del barrio. «Si se aprueba el Plan General y se desarrolla el distrito de innovación y tecnología, nuestro barrio se verá afectado», añade la secretaria de la asociación Ses Veles, que toma el nombre de la forma de los solares que acogían los huertos palmesanos y que tenían forma, precisamente, de vela.

Convertido en banco de pruebas de las nuevas dinámicas de la ciudad, en Foners ha aparecido de forma esporádica una nueva planta hotelera, pero también la irrupción del temido alquiler turístico. «Tenemos un edificio de tres plantas en nuestro barrio que se dedicaba al alquiler turístico pese a que no tiene licencias. No está señalizado y está actuando de forma ilegal», denuncia la asociación vecinal.

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Javier Lerma abre la barrera del local de Foners que acogerá un nuevo gimnasio ‘Anytime Fitness’. Este negocio abrirá a principios del año que viene. Aspira a generar más energía de la que vaya a consumir.

Desde la combativa agrupación de Foners recuerdan que en los años 90 consiguieron, gracias a sus movilizaciones, convertir lo que era antes la fábrica CIMSA en el único espacio verde del barrio, después de las explanadas de césped de la Fachada Marítima que durante años han protagonizado una agria disputa en los tribunales entre Núñez y Navarro y el Ajuntament de Palma.

El que era conocido antaño como ‘el barrio de las motos’ por los talleres y los concesionarios, en el que antes había varios prostíbulos ubicados en edificios cerrados y a la venta, encara ahora un nuevo rumbo repleto de incógnitas. Sus residentes de toda la vida se resisten a la llegada de nuevas inversiones que podrían desplazarlos a otras barriadas. «Cuando se empezó a construir en el Eixample recalaron aquí mallorquines de toda la vida. La gente de los pueblos empezó a venir a vivir aquí y después empezaron a llegar inmigrantes. Desde las fruterías de los pakistaníes a la población china que ya tiene aquí ya sus bares», explica Martí.

El apunte

Un gran interés inmobiliario con los precios de alquiler al alza

«Me encuentro mucha publicidad de gente que busca piso para comprar», dice Lourdes Martí, que está percibiendo la presión de inversores que buscan vivienda para comprar en el barrio. Los precios están notando el interés inmobiliario y en la primera línea más cercana al mar, con vistas a la Fachada Marítima y a la Bahía, los áticos ya rebasan el millón de euros aunque estén sin reformar. De los 18 pisos que hay en alquiler en el barrio en el portal Idealista, solo dos están por debajo de 900 euros. El precio de 1.200 euros es lo más habitual en Foners.