No solo hacen ejercicio físico: también realizan un entrenamiento mental con acompañamiento psicológico. Duermen mejor, tiene menos dolores y reducen la medicación. | Javier Rodríguez

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Son contemporáneas de Jane Fonda, la reina del aerobic de los ochenta. A las nueve de la mañana, un grupo de mujeres que rebasa los 60 años se reúne en el parque de Son Dameto uniformadas con una camiseta blanca. Esta veintena de vecinas, que forma parte del programa municipal Activa’t, espera la llegada de su monitora. Suena la música y empiezan a hacer ejercicio a aire libre. Después se van a tomar café por el barrio. Puri Risco tiene 73 años y advierte que «aquí venimos un grupo de amigas de la asociación de vecinos dos días a la semana. Siempre he sido muy activa y había hecho aquagym».

La más veterana es María Segurado (84 años), cuya vida ha dado un giro desde que se sumó a Activa’t. «Nunca había hecho actividad física y empecé a sentir que perdía la estabilidad, que me movía mucho más lenta. Los años pasan… Desde que hago gimnasia me noto mucho mejor», dice. Llevaba las riendas de la Bodega Binissalem y fue de las primeras vecinas de Son Dameto. Son miembros de Activa’t, un programa impulsado por la regiduría de Salut i Consum que organiza talleres de envejecimiento activo. De esta manera se combate la soledad, el dolor físico pero también el emocional. «El ejercicio es la mejor medicina», cuenta Elena Navarro, la regidora de Salut i Consum.

Sali Belmonte es la responsable del programa y advierte que «se entrena el estado físico y cognitivo. Con la UIB hemos llevado a cabo un estudio de los cambios del cerebro con la edad. El ejercicio detiene el envejecimiento». De hecho, han constatado que ahora duermen sin hipnóticos y algunas han dejado de tomar antidepresivos. Según Joaquín de María, director general de Salut, «este programa, además de Son Dameto, ya llega al Vivero, Plaza de Toros, Pere Garau, Son Gotleu y Coll d’en Rabassa». Ahora participan unas 200 personas y la previsión es llegar a 450 el próximo curso. Cort destina 70.000 euros durante dos años para este servicio, adjudicado a Fundació Amés.