Imagen de la plaza Barcelona repleta de vehículos. El aparcamiento es uno de los eternos problemas de la barriada. | Jaume Morey

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La falta de aparcamiento y de equipamientos socioculturales son los problemas endémicos de esta céntrica barriada. Así de contundente es la asociación de vecinos Es Forti, que en 2022 cumplirá 30 años velando por los intereses del barrio, y es una de las entidades vecinales de Palma más activas en redes sociales, incluso con emisora propia de radio. La asociación reivindica desde hace años la construcción de un parking subterráneo en la Plaça Barcelona, para solventar de una vez por todas la falta de plazas de aparcamiento para los vecinos, pero ningún partido, sea del color que sea, ha tomado en consideración esta propuesta cuando gobernaban en el Consistorio, «por falta de presupuesto».

Ubicado entre las barriadas de Camp de'n Serralta y Son Cotoner, o lo que es lo mismo, la avenida San Fernando y las calles Pasqual Ribot y Rafael Rodríguez, la urbanización de es Fortí se inició en el marco del primer ensanche de Palma (Plan Calvet, 1901) donde se ubicaba la possessió de Son Massanet. Su crecimiento fue lento hasta los años 40, momento en el que se empezaron a construir viviendas plurifamiliares, que lo convierten en uno de los barrios con más densidad de población. A 1 de enero de 2020 cuenta con 7.379 vecinos empadronados y el 22 por ciento son residentes extranjeros. Y a pesar de que la mitad de su territorio está ocupado por instalaciones deportivas y militares, es uno de los 20 barrios con más densidad de Palma, con 236,3 personas por hectárea.

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Sebastián Vich, Juan Ramón, Antonia Covas, Antonia Lázaro, Francisco Navarro, Salvador Maimó y Jaime Piña, miembros de la entidad vecinal.

Pasear por es Fortí es descubrir un pedacito de la historia de Palma. En esta barriada, por ejemplo, uno puede ver el primer escudo del Real Mallorca, que todavía se conserva en un arco del viejo estadio Lluis Sitjar. La asociación de vecinos sigue insistiendo para que el Ayuntamiento de Palma llegue a un acuerdo con los propietarios de este solar abandonado desde hace años y poder construir en el futuro equipamientos culturales y deportivos, integrados dentro del parque de Sa Riera.

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Otro punto en el que cualquier visitante debería pararse y echar un vistazo es la torre des Fortí, un edificio de viviendas situado en la misma Plaça Madrid; como anécdota, señalar que es el edificio más alto de Baleares, con 72 metros de altura en 24 plantas. Sin olvidar que la barriada cuenta con un edificio patrimonial protegido, Ca'n Matgi Marques, en la Plaza Fortí, con una entrada al edificio simplemente espectacular.

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Imagen del edificio protegido Ca'n Matgi Marques.

El parque de Sa Riera, incivismo campante

Una de las reivindicaciones históricas de la barriada pasaba por contar un gran espacio verde, que lograron gracias a la apertura del Parque de Sa Riera. Aún así, uno de los caballos de batalla de la entidad con el Ajuntament de Palma es mejorar la vigilancia en este parque, ya que denuncian que el incivismo, con botellones, grafiteros y destrozos del material urbano, se ha convertido en la tónica general en la zona. Además, hacen hincapié en la importancia de potenciar las actividades en la parte más cercana a es Fortí, para dar vida a la zona.

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La Falca verde de Sa Riera, un espacio verde y deportivo para el barrio.

En este sentido, Salvador Maimó, presidente de la asociación de vecinos, recuerda lo importante que es para es Fortí el bosque urbano del canódromo, sin fecha de inauguración fijada todavía. El coste del bosque urbano ha sido de 1,1 millones de euros y era el proyecto estrella de la anterior legislatura. Sin embargo, las obras, que comenzaron en julio de 2018 con la previsión de que estarían finalizadas en junio de 2019, se han ido alargando hasta ahora. Y el espacio siguen sin recepcionarse porque el Consistorio ha encontrado deficiencias en materia de accesibilidad, mobiliario, alumbrado y arbolado. El cuento de nunca acabar.

El apunte

El mítico velódromo del Tirador

Es Fortí
Imagen actual del velódromo, en es Fortí.

Construido en 1903, en los años 20 llegó a ser el más prestigioso del país, incluso en 1922, albergó las pruebas de ciclismo del Campeonato de España, mientras que el xalet, obra del arquitecto Gaspar Bennassar, se construyó en 1918. Hasta su clausura en 1973, el Tirador acogió unos 70 campeonatos de España en todas sus modalidades, otros tantos de Balears y algunas pruebas de ámbito internacional. Solo le faltó la organización de un campeonato europeo o mundial, al cual optó en varias ocasiones entre 1905 y 1947, lástima que no lo alcanzara.

Aunque fue protegido por el Consistorio palmesano hace un año, los vecinos de es Fortí sueñan con que, en algún momento, pueda recuperar el esplendor de antaño, se incorpore lo antes posible a la falca verde de Sa Riera y se puedan realizar actividades dentro del recinto. Por el momento, Cort ha retirado hace unas semanas hasta 8 toneladas de residuos de este espacio. Quizá sea el principio del cambio, al menos eso esperan los vecinos de es Fortí. Hasta que eso suceda, el Velódromo, atrapado por la burocracia, el abandono y la okupación, sigue durmiendo el sueño de los justos.