Bel Busquets, Lluïsa Dubon, Jaume Garau y Pere Rabassa. | M. À. Cañellas

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La Biblioteca de Cort acogió este jueves la presentación del Anuari dePalma 2021, elaborado por la entidad Palma XXI, en el que se analiza la deriva de la ciudad en el segundo año de la pandemia.Para Palma XXI, la aprobación del Plan General es uno de los hitos más destacados de este recién finalizado 2021 que avanza hacia la transición urbanística de la ciudad. El informe analiza los proyectos en marcha, con el Distrito de Innovación de Nou Llevant, los ejes cívicos deNuredduna y Cotlliure, sa Presó, Son Busquets, el bosque urbano... Aunque Palma XXI lamenta que en algunos casos no se ha contado con la participación ciudadana.

También considera que los 45 días de plazo para las alegaciones del PGOU son un plazo escaso. Palma XXI cuestiona los interrogantes del tránsito de polígono a Distrito deInnovación con la construcción de promociones inmobiliarias de lujo. Mientras «la Plaça Major está en un punto muerto», el polémico Nuredduna es un eje cívico «para peatones pero sin contar con la opinión de la ciudadanía», advierte el Anuario. Y mientras tanto, se encuentran «en hibernación proyectos como el bosque urbano, la antigua prisión o Son Busquets».

PALMA - GENTE MONTANDO EN BICICLETA POR LA PLAYA EN LA SEGUNDA FIESTA DE NAVIDAD.ÂÂ

La cola para recoger comida en el Convent dels Caputxins da lavuelta a la manzana.

Imágenes de contrastes: las colas del hambre y gente disfrutando de su paseo en bicicleta en un día soleado.

El informe de Palma XXI también pone la lupa sobre la transición económica de Palma, donde el sector inmobiliario «sigue creciendo por las agencias de inversiones extranjeras, que siguen apostando por la compra de vivienda que aceleran los procesos de gentrificación». Las ideas alternativas al turismo se basan en el Distrito de Innovación de Nou Llevant o la apuesta por el sector náutico, proyectos «aún muy verdes» mientras se espera la llegada de los Fondos Europeos. El desplome turístico de 2020 aún se hizo notar el año pasado, lo que confirma «un modelo económico caduco y vulnerable». El año pasado también se caracterizó por la eclosión de las terrazas que se expandieron por los aparcamientos, lo que generó conflictos vecinales.

La limitación de los megacruceros se ha recibido con los brazos abiertos. Según Jaume Garau, miembro de Palma XXI, «conseguir controlar el volumen del turismo de cruceros en Palma es importante para una Europa que quiere ser creíble en su lucha contra el cambio climático. Nos toca conseguir que el turismo de cruceros en Palma sea una actividad regulada y sostenible, en beneficio de todos». El Anuario también se fija en la desaparición del comercio histórico del centro, ahogado por los cambios de la ciudad.

PALMA. BARRIOS. Empresarios de Santa Catalina piden ayuda por el ruido.

PALMA. BARRIOS. Los vecinos de Santa Catalina ya están hartos del ruido de las terrazas.
Imágenes de saturación en Santa Catalina.

En cuanto a la movilidad, Palma XXI menciona el plan Palma Camina, que reduce el aparcamiento en el centro y que amplía la red de BiciPalma, aunque pone en duda otros proyectos como el tranvía al Parc Bit, por ser «opciones muy costosas y orientados a la actividad turística». Por su parte, Lluïsa Dubon, junto a Juanjo Suárez, hizo mención al Parc Agrari de Palma a través de la custodia del territorio: «Se convertirá así en la herramienta para desarrollar el sector primario en el municipio y avanzar hacia la transición ecológica y económica de Ciutat». Por último, el Anuario se centra en los problemas sociales derivados de la pandemia, con un aumento de las desigualdades y la dificultad del acceso a la vivienda y los empleos precarios. «Los dos polos de la riqueza y la pobreza en Mallorca se encuentran en Palma», zanja.