El equipo redactor del PGOU, reunido en una mesa de trabajo. | Jaume Morey

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Es imposible medirlo en campos de fútbol (la medida estándar con la que los periodistas parecen medir el mundo), pero se dice que el archivo que contiene el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Palma que se va a aprobar de manera inminente pesa 15 gigas (lo que equivaldría a unos 64 disquetes de antaño o cuatro DVDs).

El área de Model de Ciutat ha estado exprimiendo los minutos para acabar este proyecto que ha    supuesto más de 300.000 horas de trabajo para culminarlo. Palma seguía con el mismo PGOU desde 1998 y precisamente alguno de los que participaron en su elaboración hace veintitrés años ha seguido en este: es el caso de la coordinadora Pilar Ramón, Toni Forteza, Isabel Riquero o Toni Pinya.

¿Qué es el PGOU? Traza la líneas en las que se dibujará la Palma de los próximos 20 años: ahí se dibuja la finalidad de sus solares, calles, parques y se determina el crecimiento del número de viviendas de una ciudad que ha pasado de los 319.182 habitantes de 1998 a los 422.587 de este año. El objetivo es que en 2041 se llegue a 489.587: es decir, que crezca, pero con mesura.

Según Biel Horrach, director general de Urbanisme, «en 2015, hubo un cambio de paradigma que incide en el nuevo plan». Se celebra la Cumbre del Clima en París, se aprueba la Agenda Urbana 2030 y llegan los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. «Son los mínimos hacia donde debe trabajar la ciudad», explicó Horrach.

«Estamos en un territorio insular y hay unas dinámicas socioeconómicas brutales, en las que se duplica la población en verano, por lo que se tiene que dar respuesta a la situación de emergencia climática y habitacional que sufre Palma», dijo el director general de Urbanismo.

El último tema que está incidiendo en la redacción del Plan General es la COVID. «El PGOU se va amoldando a estas nuevas circunstancias» y además, tiene en cuenta el interés por humanizar la ciudad, también con perspectiva de género.

Con el objetivo de tener en cuenta a la ciudadanía en la elaboración de esta herramienta, se ha llevado a cabo un extenso proceso de participación con visitas a los barrios y distritos, recogiendo las ideas del programa Imagina Palma, así como la participación de técnicos, agentes sectoriales, entidades y profesionales. Y además, se celebraron jornadas de vivienda, del Parc Agrari, de Model de Ciutat, o encuentros con expertos como Salvador Rueda (impulsor de las supermanzanas de Barcelona) y el prestigioso Jan Gehl para recabar ideas.     

El debate alcanzó varios puntos. A nivel social, los desahucios son un drama y se plantea una Mesa de Vivienda. Al mismo tiempo, los expertos de climatología de la UIB dieron las pistas para preparar a la ciudad ante los efectos del cambio climático, ya sea por el alza de temperaturas o el nivel del mar. Y además, se revisa un cambio de modelo económico.

Con todos estos ingredientes, esta herramienta urbanística se plantea como objetivo para los próximos veinte años «resolver los principales retos de Palma y mejorar la calidad de vida. Con la ayuda de la sociedad, se intentan compensar estas situaciones y se establecen las bases de cómo redefinir los barrios», añadió Horrach.

Si el paisaje es la principal riqueza de Palma, gracias a la cual se atraen a millones de turistas, no queda más remedio que protegerlo: el paisaje, la vivienda y la humanización de la ciudad nos han ayudado a retroalimentar los contenidos del plan General», señaló Horrach.

Mientras tanto, el Govern ha ido modificando la legislación para hacer frente a los nuevos retos, ya sea la vivienda o el cambio climático. En 2017 se formalizó la Oficina del Plan General de forma permanente para tener una visión de conjunto continua en el tiempo y así la ciudad se vaya adaptando a nuevos retos como ha sido la regulación de estancias turísticas o de usos turísticos. «No se podía esperar al Plan General, era necesario regularlo cuanto antes», dijo Horrach.

Al equipo redactor del PGOU se sumó «la asistencia técnica de Territorio y Ciudad, acostumbrada a hacer planes generales cada año», encargo al que accedió tras ganar el concurso convocado por el Ajuntament.

Zonas verdes, protección del patrimonio y el paisaje urbano, diversificar la economía, la movilidad sostenible o los ejes cívicos y superislas vertebran esta herramienta que sale a la luz en breve.

Punto de vista

Tras la aprobación del plan toca poner en práctica los proyectos

«Ya está aprobado el documento previo y ahora es le turno del documento completo. La aprobación inicial está a las puertas», señaló el director general deUrbanismo, que ha participado en la redacción de otros planes generales. Tras pasar po diferentes pasos, se espera que se apruebe antes de final de año en el pleno. ¿Y después? «Toca ponerlo en práctica. El Plan General define diferentes instrumentos para llevar a cabo proyectos en el espacio público, equipamientos y zonas abandonadas», advirtió Horrach. Estaría definida así la hoja de ruta que seguirá la capital balear para las próximas dos décadas.