Concepción Clar, 'Chipi', deja Cort tras cuatro décadas de trabajo.

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Ha estado cuarenta años trabajando en el Ajuntament de Palma y conoce todas sus interioridades. Concepció Clar Forteza, más conocida como Chipi, se despidió el lunes de sus compañeros mientras recuerda entre risas que «cuando estuve en el departamento de Disciplina Urbanística mis compañeros me regalaron un látigo». Se niega a desvelar su edad aunque es una histórica funcionaria en el Consistorio.

Chipi era hasta el pasado lunes jefa del departamento de Gerència d’Urbanisme. Desde el martes está de vacaciones, que después encadenará con su jubilación. Confiesa que su trabajo le apasiona y revela sus entresijos. «En el Consejo de Gerencia hay mucha gente que participa, desde todos los partidos hasta asociaciones y entidades. Es un debate muy bonito. Es un órgano para aprobar las propuestas que se cuecen aquí abajo», dice refiriéndose a los pisos inferiores del edificio de Avingudes, donde se concentran los servicios de licencias de obras o actividades.

Para Chipi han sido días de recuerdos. «Empecé como secretaria general del pleno municipal y luego pasé a Urbanisme, donde se daban licencias, obras y se llevaba a cabo el planeamiento urbanístico». De esa etapa «estoy muy orgullosa. Creamos el programa informático que actualizaba automáticamente todos los expedientes. Mi orgullo es que íbamos al día. Aún hoy se utiliza el mismo sistema».

Clar recuerda con orgullo la época «de los años 90 al 2006, cuando aprobamos los planes parciales que permitieron la construcción de El Corte inglés o Son Espases y las nuevas urbanizaciones como Son Gual, Es Puntiró o Son Oliver». Con 46 nuevos planes parciales o la modificación del Plan General de 1998, hubo una efervescencia urbanística que nos llevó a la Palma de hoy.

Vocación

También pasó por Servicios Jurídicos, fue gerente del Patronato de la Vivienda y jefa del departamento de Disciplina Urbanística, donde le regalaron el conocido látigo. Advierte que «allí hay tantos expedientes que circulan que es imposible tenerlos al día. En 2008 ya había 9.000 expedientes y ahora hay más. Mucha gente hace las obras por su cuenta. El sistema ha complicado tanto la licencia que se ha duplicado el trabajo. Y no es culpa del que hace las obras: es que tiene que esperar a su vez el informe de Recursos Hídricos».

Chipi entró en el Ajuntament en agosto de 1981 tras licenciarse en Derecho de la UIB. Aunque trabajó en la empresa privada, enseguida hizo oposiciones y «no me arrepiento. Tenemos vocación de servicio público y trabajas para que las cosas salgan bien».

Clar reivindica el trabajo funcionarial: «Hay muy buenos profesionales en la administración. Es un trabajo que te llevas a casa sin que nadie te lo diga». Dice que «nos quedábamos hasta tarde para acabar un tema. Queríamos hacer muchas cosas pero terminabas tropezando con los presupuestos. Desde la crisis de 2008 sufrimos la carencia de personal y esto es un monstruo. La gente hace lo que puede y más».

Dicen quienes la conocen en Urbanisme que «será difícil poder encontrar a alguien con su experiencia. Se nos va la que más sabe». A estas alturas, Chipi ya tiene planeado qué va a hacer en su nueva vida: «Leer, pintar, navegar y hacer algún viaje en cuanto podamos».

Un recuerdo para los políticos

En 40 años ha visto pasar todos los colores políticos. Empezó con el socialista Ramon Aguiló, «muy buen alcalde». Habla muy bien de la regidora Neus Truyol y todo su equipo, «muy majos». Recuerda a Toni Noguera, «muy cercano» y a José Hila «es muy trabajador». Carlos Ripoll «escuchaba mucho» y Joan Fageda «era muy bueno con los funcionarios». Chipi dice que «nuestro trabajo es defender la legalidad. Los políticos deben tener en cuenta a los profesionales y la gente, que hacemos lo que podemos».