Según Luis Moranta, del estudio PM8, «se está tramitando ahora el cambio de uso deportivo a comercial y los propietarios tienen interés en potenciar el edificio». El nuevo uso del edificio no contempla «restaurantes, hoteles ni viviendas», advierte el arquitecto, sino que será de uso comercial y administrativo.
Los primeros trabajos que llevará a cabo el equipo de PM8 pasarán por «desmontar todo aquello que ha invadido el edificio obra de Gaspar Bennàssar» y que fue declarado como Bien de Interés Cultural (BIC).
Recuperación
«La idea es retirar las pistas de squash y el restaurante y buscaremos los elementos originales del inmueble. Estamos viendo que hay forros de ladrillo que queremos retirar para el nuevo edificio, así como recuperar la escalera con tragaluz. La Protectora ha recibido muchas bofetadas a lo largo del tiempo», cuenta Moranta.
Tras eliminar «todos los elementos intrusos» que han dejado obsoleto este antiguo club deportivo, pediremos una licencia de obras para el saneamento y la puesta en valor del inmueble». Se tratará de un trabajo casi arqueológico. «Estamos mirando planos originales y creemos que hay una columna de hierro escondida tras unos paneles», añade el arquitecto.
A la espera de la licencia de obras, que se prevé para final de año, el objetivo del edificio es claro: «La idea es acoger tiendas de decoración y galerías de arte, en consonancia con la arteria artística que se mueve por Sant Felio y que conecta por esta calle hasta Jaime III», dice Moranta.
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Tras demasiado tiempo de espera, la reforma es tan necesaria como deseada.