Alberto Jarabo, concejal de Participación Ciudadana de Cort. | Archivo

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Si Alberto Jarabo (Madrid, 1975) pensaba que los quebraderos de cabeza se iban a acabar al dejar atrás su escaño en el hemiciclo balear, se equivocó completamente. Al frente de la Concejalía de Participación ciudadana y gobierno interior de Cort tiene que lidiar con temas tan espinosos como la ordenanza de terrazas o la modificación del decreto de actividades artísticas callejeras, que lleva cinco años sobre la mesa y enfrenta a asociaciones de vecinos y al colectivo de artistas urbanos.

¿Qué diferencia hay entre la ordenanza de artistas callejeros aprobada la pasada legislatura y la que impulsó el PP hace cinco años?

—El PP igualó a los artistas callejeros a la mendicidad, nosotros nos hemos planteado lo opuesto, dignificar su trabajo. Y la forma de hacerlo era regularizando su actividad.

Y aún así no contentaba a casi nadie, supongo que por eso han decidido realizar modificaciones. ¿Enterrará el hacha de guerra entre artistas y asociaciones vecinales?

—Eso esperamos, y creo que todos han quedado satisfechos. Las correcciones en la ordenanza que impulsó la anterior edil Eva Frade van dirigidas a clarificar todo para que los artistas puedan ejercer y no haya malentendidos con vecinos y policía. En la modificación del decreto se incluye qué pueden hacer, dónde y cuándo; de la forma más simple y clara.

¿Están contentos los músicos y artistas circenses con las restricciones a la hora de actuar en Santa Catalina, sa Llotja o la Plaça Major?

—Lo más importante es que entendieran que debíamos encontrar un equilibrio entre las actividades artísticas y el descanso de los vecinos de Palma. Por eso hemos regulado los espacios de actuación y bajado la potencia máxima a 20 vatios para los músicos que utilicen amplificador durante sus actuaciones en la calle.

Pero usted entiende que esos lugares donde ahora se prohíbe actuar son los más deseados porque no dejan, o no dejaban, mejor dicho, de circular turistas.

—Sí, pero puede ser una oportunidad para que los artistas callejeros se distribuyan y lleguen a los barrios de Palma para enriquecer su vida artística.

Han eliminado el polémico casting para artistas, pero mantienen el carnet. ¿Le preocupa que poca gente lo solicite?

—No, porque era un reivindicación del colectivo y les permitirá trabajar con más seguridad. También hay que entender la situación en la que vivimos con la COVID.