Los animales se encuentran en una finca abandonada. | Jaume Morey

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Los conejos son uno de los animales más habituales en los campos de Mallorca. Sin embargo, desde hace unos años enfermedades como la mixomatosis o la proliferación de gatos silvestres han hecho reducir drásticamente la población de estos animales –desde el Consell de Mallorca estiman que el 95 por ciento de la población insular se ha visto reducida por diversas enfermedades–.

Sin embargo, hay un pequeño oasis en medio del desierto. En el minigolf abandonado perteneciente a la finca Impala II, en la zona de Cala Major más de 40 conejos campan a sus anchas. La mayor parte de ellos son blancos, aunque hay algunos negros e incluso color canela. El minigolf abandonado es perfecto para estos animales, puesto que la densidad de la tierra les permite hacer madrigueras y pueden correr sin problemas porque el terreno es amplio.

Los vecinos de esta finca son perfectamente conscientes de la presencia animal. Ester Lluy explica que «hace unos 3 años que están los animales aquí. Todo empezó porque soltaron a dos, y han ido criando». Sin embargo, a la gran mayoría de residentes en la zona no les molesta tener a los conejos como compañeros de finca. «No molestan, no huelen mal, no ensucian. Todos los vecinos de la finca les alimentamos, y les ponemos agua». A cambio, los mamíferos les aceptan como uno más y se acercan a todo aquel que entre en el minigolf. «A veces bajo con mis hijos y ellos les tocan, e incluso les cogen. Son totalmente domésticos».

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René Badiola es otro de los vecinos de la finca. Explica que «son como la mascota de la comunidad, y no dejan de ser vida, que es lo que hace falta en el asfalto». Además, este vecino ve la presencia animal como «una manera de educar a los niños de la comunidad en el bienestar animal».

Discrepancias

Sin embargo, los vecinos de las fincas aledañas no están tan conformes. Temen que sean una fuente de enfermedades o que al criar en exceso se sientan agobiados y busquen salir de la zona, expandiéndose por otras fincas. De momento, los conejos son felices en Cala Major.