La nueva ordenanza no permite el cerramiento de las terrazas. | J. J. Monerri

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La asociación de Restauración Mallorca CAEB ha solicitado formalmente al Ajuntament de Palma una prórroga de dos años para quitar los toldos de Palma de las terrazas de sus establecimientos, tal y como establece la ordenanza municipal.

Los restauradores han justificado su petición por la «difícil situación económica que está sufriendo (y se prevé) el sector y a la conveniente y necesaria realización de estudios previos de túneles de viento en diferentes zonas de Palma atendiendo sus diferentes características de situación, climatología y entorno».

En relación a esto último, argumentan que si no hacen los estudios puede haber «incidentes graves, tanto para los comensales como para los viandantes». Los restauradores consideran que «expertos en la materia deben entrar a valorar si es recomendable prohibir la instalación de toldos habilitados para tal efecto y permitiendo, únicamente, la instalación de sombrillas no ancladas que no transmiten claramente la misma seguridad».

La Ordenanza Municipal de Ocupación de Vía Publica da 18 meses para quitar los toldos, desde su entrada en vigor, por lo que en marzo de 2020 tendrán que haber sido eliminados.

Los restauradores insisten en que «la situación por la que está atravesando el sector es muy preocupante, la hostelería de Mallorca ha entrado en una situación crítica». El presidente de la asociación de Restauración Mallorca CAEB, Alfonso Robledo, considera que «resulta incomprensible y preocupante que la administración no se dé cuenta de que somos pequeños y medianos empresarios que únicamente reclamamos a la clase política responsabilidad y sentido común».

Robledo argumenta que «hay que comprender que una sombrilla no anclada no hará la misma función que un toldo. Y, consecuentemente, si solo se permiten sombrillas se puede dañar la imagen y estética de nuestra ciudad».

La asociación precisa que está «a favor de una ciudad dinámica y alegre, sin infringir y respetando todos y cada uno de los derechos del vecino y residente (entre ellos el derecho al descanso), porque él mismo recuerda que los pequeños empresarios y trabajadores del sector también somos vecinos de Palma».

Por último, piden al Consistorio palmesano que atienda sus reivindicaciones porque «las decisiones del presente afectarán a cientos de pequeños empresarios en un futuro próximo».