Imagen de archivo del Pacte en un pleno del Ajuntament de Palma celebrado durante el pasado mandato. | Jaume Morey

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El Ajuntament de Palma es el cuarto consistorio de Baleares con los peores indicadores económicos, según el informe de la Sindicatura de Comptes del año 2017 que analiza el segundo presupuesto aprobado por el Pacte. Solo los ayuntamientos de Montuïri, Valldemossa y Banyalbufar (este cierra la clasificación) tienen peores resultados. Por el contrario, el que tiene los mejores indicadores económicos es Alcúdia, que los aprueba todos.

El informe de los síndicos analiza diferentes aspectos y posteriormente hace un indicador con sus propios baremos. Palma se encuentra por debajo de la nota media en compración con el resto de consistorio de Balears y logra un 4,2 sobre diez. De los 18 indicadores que se miden, suspende en ocho.

Gasto estructural

Uno de los motivos por los que el Consistorio palmesano tiene tan mal resultado es por el elevado gasto estructural. La Sindicatura de Comptes le pone un 0,2 sobre 1. La pasada legislatura se eliminaron medidas de contención del gastos y se incrementaron los altos cargos.

La Sindicatura de Comptes también alerta de la dependencia que tiene el Consistorio palmesano de las transferencias procedentes de otras administraciones, tanto de la Comunitat Autònoma como del Consell de Mallorca. Se trata de aquellas no vinculadas a la participación de tributos.

El citado organismo también llama la atención al tripartito de izquierdas por el índice de sostenibilidad presupuestaria. Así, advierte del volumen de las facturas de otros años que no se han contabilizado en el presupuesto.

El regidor del Partido Popular Julio Martínez ya alertó de esta situación en la comisión de Cuentas y obligó al edil d’Hisenda, Adrián García, a confirmar que Cort cerró el ejercicio 2018 con un déficit de 2,7 millones de euros. Sin embargo, García había asegurado inicialmente que tenía un superávit de 2,5 millones.

Al Ajuntament palmesano aprueba dos indicadores, con una nota de 0,6 sobre 1. Uno es el endeudamiento sobre los ingresos corrientes, gracias a la amortización de la deuda que se ha producido y al incremento de los ingresos. El otro indicador positivo es el índice de retorno al ciudadano, es decir, la repercusión en servicios de los impuestos que pagan.