Kiko Veneno fue uno de los cabeza de cartel de la Revetla. | Teresa Ayuga

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El flamenco y la rumba conquistaron la plaza de la Reina un año más, y los fieles a este género pudieron disfrutar de una noche musical sin parangón. La noche comenzó a las ocho y media con el show del Parra, un cantautor de Chiclana que amenizó los inicios de la noche. Las versiones de canciones rumberas populares hicieron bailar a un público que, aunque escaso por la hora, estaba totalmente entregado al duende de El Parra.

El público comenzó a llegar sobre las nueve de la noche, para ir cogiendo tono y, porqué no, un buen sitio para ver al cabeza de cartel, Kiko Veneno. El catalán comenzó su espectáculo a las diez menos cuarto, con una Plaça de la Reina rebosante hasta los topes de amantes del flamenco. Titiriti fue la primera en sonar, y el público, de amplio espectro de edad, bailó y cantó los temas más famosos como La Higuera. Los músicos también hicieron un gran papel, y los solos de guitarra fueron aplaudidos con ganas por los asistentes, quienes no paraban de inmortalizar sus temas favoritos con sus teléfonos móviles

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El concierto tuvo afluencia de gente durante las casi dos horas de duración, y la gente corría proveniente de otras plazas para disfrutar de las canciones de Veneno. A pesar de que apenas interactuó con el público, se mostró agradecido ante tanto calor, y finalizó su repertorio con un Volando Voy que fue coreado por toda la plaza. Cuando finzalizó la canción, el público comenzó a pedirle un tema que no había cantado: Te echo de menos. El de Girona hizo caso a la petición, y los asistentes vibraron con la famosa canción. Cerca de las doce de la noche, el flamenco se despidió de un público que le brindó un largo y sincero aplauso.

Tras el gran concierto, fue el turno de Suu, una joven con gran talento que amenizó al público con sus canciones rumberas con toques de reggae. Los asistentes que quedaban eran, sobre todo, grupos de jóvenes pero la cantante se sintió arropada en todo momento por un público que supo valorar su calidad musical. La noche finalizó con un recital de Zelisko, una joven banda que cerró la noche con sus ritmos mezcla de blues, rock y toques de electrónica.