Actuación de EMEA en sa Feixina con motivo de la Revetla de Sant Sebastià. | Teresa Ayuga

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Con la puntualidad de un reloj suizo tomaba el escenario uno de los nuevos cachorros de la electrónica balear: Emea, alias de Miquel Azanillas, un felanitxer que ya destaca en la liga de los bleeps, beats y demás progresiones electrónicas. Le relevó el conjunto catalán Animic, posiblemente el secreto mejor guardado de la Revetla. Ritmos oscuros e intelectualizados que apuntan a las neuronas en vez de a los tobillos avalan el poderoso mensaje de este quinteto. La suya es música hedonista pero fría, contundente pero estilizada, incansable pero detallista, ideal para amenizar un picnic boreal.

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Aún quedaba gente torrando, otros simplemente se calentaban frente al fuego. Pero la mayoría se apostaba junto al escenario. El siguiente grupo en subirse fue Roñatron, un proyecto de música electrónica conformado por algunos miembros de La Puta Opepé. Entre los que destaca Pedro Trotz, pionero del sonido industrial y el cut-up, con un amplio catálogo de composiciones propias. Roñatrón deslizó canciones de baile con regusto ochentero y letras irónicas. Philantropic pusó el broche a los conciertos en el coqueto escenario de Sa Feixina, el dúo valenciano cruza house, progressive, latin y dance en su recreación de conocidos hits de los DJ's más reputados del momento.