El candidato de Junts a la presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont. | Efe

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Los acontecimientos siguen su curso en Cataluña tras las elecciones del 12M que abrieron una nueva etapa política, con la pérdida de la mayoría de los independentistas en el Parlament catalán gracias al resultado del PSC de Salvador Illa. El argumento se desarrolla en tres escenarios distintos. El primero ocupa el liderazgo de Esquerra, poco claro tras el adiós de su candidato, Pere Aragonès, la salida de la secretaria general Marta Rovira y la dimisión en diferido de Oriol Junqueras.

Este mismo jueves Junqueras ha precisado que sigue «con fuerzas» para liderar el partido y que buscará que así lo avale la militancia en el congreso del próximo 30 de noviembre, puesto que el paso atrás que dará tras las elecciones europeas no implica que quiera «renunciar a nada». Aparentemente empieza a encarrilarse la opción de que ERC no se interponga en la investidura de Salvador Illa; otra cosa muy distinta es formar un gobierno tripartito en clave progresista, tal y como han solicitado distintos actores en las últimas horas.

En el Parlament catalán ahora toca negociar para elegir la Mesa, el órgano de dirección de la cámara que debe articular toda su actividad. Como muy tarde debe estar conformada el 10 de junio, y representa el primer desafío para unos socialistas que quieren allanar el camino a la investidura de Illa, pese a que aún no dispone de los votos necesarios sin Esquerra en la ecuación. Por si a caso el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha recordado que tras las pasadas elecciones catalanas se abre una nueva etapa que debe liderar el ganador en las urnas. Según Bolaños, Salvador Illa es «el único presidente posible» para Cataluña.

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La composición de la nueva Mesa puede ser muy diferente a las conocidas anteriormente, teniendo en cuenta que el independentismo ha quedado lejos de la mayoría absoluta. Las llamadas del PSC excluyen a dos componentes de la cámara catalana: Vox y Aliança Catalana. Si no fructifican los contactos iniciales del PSC con ERC, o si los republicanos se alían con Junts para garantizar una presidencia independentista del Parlament, los socialistas podrían tantear al PP para asegurarse la elección de este cargo clave para controlar los tempos parlamentarios.

Una vez elegida, la nueva presidencia del Parlament de Cataluña dispondrá de diez días hábiles para abrir una ronda de consultas con los líderes parlamentarios y proponer un primer candidato a la investidura, teniendo en cuenta su volumen de apoyos. El expresident y candidato de Junts, Carles Puigdemont, ya ha anunciado su intención de postularse, a pesar de que aparentemente sus apoyos le sitúan lejos del objetivo.

Este jueves Puigdemont ha ratificado que ya ha iniciado contactos para formar Govern: «Tenemos una oportunidad y la agotaremos» ha dicho en una comparecencia ante sus diputados. El líder de Junts quiere convencer a ERC y a la CUP para que lo apoyen y, aún así, necesitaría la más que improbable abstención del PSC. Además el expresident debería regresar a Cataluña desde Waterloo (Bélgica) el mismo día del debate de investidura, le haya sido o no retirada la orden de detención nacional una vez entre en vigor la ley de amnistía. La pugna por la presidencia del Parlament catalán se antoja crucial para determinar si el primer aspirante a la investidura es Illa o Puigdemont.