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La Policía Nacional ha citado al convocante de la protesta de Nochevieja en las inmediaciones de la sede central del PSOE en Madrid, en la que se colgó y golpeó con saña un muñeco que identificaron como Pedro Sánchez, para tomarle declaración en relación con lo sucedido, han informado fuentes policiales.

La protesta, como las que se vienen celebrando desde hace casi dos meses junto a la sede socialista de la madrileña calle de Ferraz, tuvo anoche como protagonista -como puede verse en las imágenes grabadas- a un muñeco que representaba un hombre vestido con traje y nariz de Pinocho al que algunos de los participantes, jaleados por los asistentes, colgaron y golpearon hasta romperlo.

En un mensaje compartido en la cuenta de X de la organización juvenil Revuelta, convocante de las protestas, se explica así lo sucedido: «Tras las campanadas, dos manifestantes colgaron una piñata gigante del golpista Pedro Sánchez, que había pasado los habituales controles policiales en las entradas a Ferraz, rellena de turrones para golpearla. Fin de la historia».

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Además de afirmar que «el acto transcurrió con normalidad, en un ambiente reivindicativo dentro de la festividad razonable de esta fecha tan señalada», el mensaje asegura que la emisión en directo fue seguida por «más de 100.000 espectadores en el canal de la organización» y «más de 200.000» en un medio de comunicación digital.

El PSOE ha hecho público este lunes que lo ocurrido en las proximidades de su sede federal «puede estar incluido dentro de un delito de odio», por lo que «está estudiando todas las vías legales» contra los participantes, organizadores y presentadores de la retransmisión que se hizo de la protesta en un canal de Youtube.

Lo ocurrido ha suscitado además la reacción de varios ministros y dirigentes socialistas, como la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, que ha escrito en X: «Cuando se da aire a la extrema derecha pasa esto. Un grupo de energúmenos insultando gravemente al Presidente del Gobierno a la puertas de Ferraz y sin que Feijóo haya hecho nada para impedirlo ni lo haya condenado aún».