Afortunadamente, la afectación placentaria es muy poco frecuente. | Pexels

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Investigadores del CLÍNIC-IDIBAPS, el Hospital Universitari Vall d'Hebron y el Parc Taulí de Sabadell han demostrado que la COVID-19 puede dañar la placenta en mujeres embarazadas, lo que puede conllevar la muerte fetal intrauterina.

El estudio, liderado por el doctor Alfons Nadal del Servicio de Patología Anatómica del Hospital Clínic y miembro del Grupo de Investigación en Patología Molecular de Enfermedades Inflamatorias y Tumores Sólidos del IDIBAPS, ha demostrado el efecto fatal del COVID-19 en fetos en un grupo de mujeres embarazadas entre 24 y 39 años.

Los investigadores han analizado alrededor de 200 casos de mujeres embarazadas de los tres hospitales que se infectaron con COVID-19 durante el embarazo. En total, se encontraron nueve casos de placentas infectadas por SARS-CoV-2, y en cinco de ellos esto resultó en muerte fetal intrauterina.

En todos los casos analizados, las mujeres habían tenido un embarazo normal y no se identificaron otras causas que pudieran haber provocado la muerte del feto.

Afortunadamente, la afectación placentaria es muy poco frecuente (4,5 % de las embarazadas infectadas por COVID-19, según esta serie), y se cree que la tasa de mortalidad fetal atribuible a esta afectación solo ronda el 2,5 %.

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El estudio, publicado en la revista Modern Pathology, muestra que la infección del tejido placentario se acompaña de una lesión característica que consiste en necrosis del trofoblasto, una capa de células que aporta nutrientes de la madre al feto en el útero, y colapso del espacio intervelloso, es decir, cada de las extensiones cavernosas de la placenta, que se encuentran entre las vellosidades coriónicas y contienen sangre materna.

Este daño del trofoblasto apunta a una nueva complicación de COVID-19. Esta afectación explica por qué la placenta pierde su textura esponjosa, se vuelve mucho más dura y se daña hasta el punto de que, en algunos casos, provoca la muerte fetal.

La placenta es el primer órgano que se forma en el desarrollo fetal. Actúa como pulmones, intestinos, riñones e hígado del feto, obteniendo oxígeno y nutrientes de la sangre de la madre. También es responsable de muchos de los cambios hormonales en el cuerpo de la madre.

Los patólogos del estudio sostienen que «el estudio proporciona evidencia del daño causado por COVID-19 a la placenta. Nunca habíamos visto lesiones tan severamente dañadas en una placenta, y no había referencias porque esta es una enfermedad nueva».

Otros patólogos pediatras catalanes (Drs. Marta Garrido, Jéssica Camacho y Alexandra Navarro, del Hospital Universitari Vall d'Hebron y el Dr. Joan Carles Ferreres, del Hospital Universitari Parc Taulí) y profesionales de los servicios de obstetricia y microbiología de los tres centros participó en el estudio.