Una mujer empuja un cochecito de bebé por una calle de Madrid este viernes 24 de abril, cuadragésima primera jornada desde que se decretó el estado de alarma. | Efe

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Gobierno y comunidades autónomas estudian el cómo y cuándo se emprenderá la vuelta a la nueva normalidad, la desescalada de la que todo el mundo habla, que implicará el inicio del desconfinamiento tras el estado de alarma decretado por la pandemia de coronavirus. Esta nueva etapa vendrá determinada por una serie de parámetros que se monitorizarán y que irán marcando el ritmo en la toma de decisiones desde el Ministerio de Sanidad.

Este lunes el Govern balear ya presentó en Madrid su primer borrador de desconfinamiento. Este viernes, la portavoz del Ejecutivo balear, Pilar Costa, ha desistido hasta en tres ocasiones de dar detalles del mismo, pese a la insistencia de los periodistas.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha avanzado que las autoridades del Ministerio, junto con la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se reunirán esta tarde con los representantes de las comunidades autónomas para abordar las medidas de desescalada en la siguiente fase de la lucha contra el coronavirus.

En rueda de prensa tras la celebración del Consejo de Ministros extraordinario este viernes, Illa ha detallado que durante el encuentro se empezarán a discutir los «criterios y marcadores» que se fijarán durante la fase de nueva normalidad, es decir, a la finalización del confinamiento.

Según ha apuntado el ministro, el Gobierno va a proponer cuatro categorías para estos criterios: nivel de capacidad asistencial suficiente, vigilancia epidemiológica para evaluar cómo evoluciona la epidemia, identificación precoz y tratamiento de nuevos casos, y medidas de protección colectiva que hay que tener preparadas para evitar nuevos contagios.

El comité de expertos que analiza la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 está barajando desde hace semanas algunos de los parámetros que pueden permitir o no iniciar la fase de desescalada, y lo hacen «con mucho cuidado» por las implicaciones que pueden tener para la salud, la economía y la sociedad.

Sobre ello ha profundizado este viernes el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, en la rueda de prensa diaria telemática, en la que ha sido preguntado por esos marcadores y los pasos que deberán seguir las comunidades, cuyos consejeros del ramo se reúnen esta tarde con el ministro Salvador Illa.

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Entre esos factores está el nivel de transmisión de las comunidades autónomas, que no obstante, como ha dicho, «no tiene que ser cero para iniciar una medida de alivio».

Ese nivel tampoco tiene que ser el mismo en todas las comunidades autónomas, porque se tiene que valorar en relación al número de casos actuales que existen, a su propia evolución de la pandemia y al porcentaje de población.

Hay que valorar también otros aspectos, como desde hace cuánto se ha producido el ultimo caso o transmisión en una zona, una cuestión que permitirá conocer los diferentes niveles de alivio y transición.

Los detalles de las cifras que deben dar esos marcadores para dar pasos hacia la normalización se están discutiendo a nivel nacional e incluso internacional, según ha asegurado Simón, que ha dicho que ahora no se puede especular con cifras concretas.

Pero antes de llegar a esos parámetros hay que estar preparados para la transición y ha ahondado en algunos aspectos que se han abordado en la OMS y en la UE para avanzar: hay que tener las capacidades necesarias para garantizar que sí hay un repunte se puede responder mejor aún de lo que se ha respondido en la primera parte.

Eso implica que se tienen que garantizar una serie de capacidades asistenciales, como camas hospitalarias para pacientes agudos infecciosos, y de UCI, que deben estar mejor preparadas que lo están ahora ya que se han duplicado de una forma muy rápida, con lo que «hay que aposentarlo».

También, se deben garantizar sistemas de vigilancia que permitan estar seguros de que se sigue la evolución de la epidemia correctamente. Y es que, según Simón, están viendo las formas de reducir los retrasos que se producen en la notificación.

Se está trabajando con las comunidades autónomas en mecanismos posibles para poder detectar los pacientes más precozmente, a partir de casos sospechosos y a través de pruebas en Atención Primaria.