Una señora de la limpieza desinfecta el atril, este miércoles en el Congreso. | Mariscal

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«Gracias, Valentina», ha dicho el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la limpiadora del Congreso que durante el pleno extraordinario se ha ocupado de desinfectar la tribuna de oradores cada vez que un diputado o el propio jefe del Ejecutivo toman la palabra.

Nada más subir a la tribuna para contestar a las intervenciones de los portavoces de los grupos tras su comparecencia inicial sobre la crisis de coronavirus, Sánchez se ha acordado de Valentina Cepeda, empleada de la limpieza de la Cámara, y con ella de todos los trabajadores del Congreso de los Diputados en activo.

Protegida por una mascarilla, con guantes en las manos y equipada con un espray desinfectante, ella se encarga desde que comenzó el pleno de limpiar concienzudamente el atril de la tribuna, e incluso los micrófonos que recogen las palabras de Pedro Sánchez y de los demás diputados, cada vez que alguno interviene en la sesión.

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«Gracias Valentina, y por extensión quiero agradecer a todos los trabajadores y trabajadoras del Congreso su presencia hoy aquí para poder celebrar este pleno», ha manifestado el jefe del Ejecutivo, unas palabras que han desatado aplausos de los escasos asistentes a la sesión plenaria, con el hemiciclo casi vacío.

Porque además de los 23 diputados y cinco ministros que asisten a la sesión, siempre hay un ujier en el hemiciclo, así como una taquígrafa.

Y en el Palacio del Congreso, prácticamente vacío, también trabajan durante la jornada de este miércoles numerosos policías, profesionales de la televisión de la Cámara que emite el pleno, técnicos y más funcionarios.