Cientos de ovejas atraviesan las calles del centro de Madrid en la Fiesta de la Trashumancia. | Emilio Naranjo

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Los rebaños compuestos por unas 1.900 ovejas merinas y 150 cabras retintas han atravesado el centro de la ciudad en la vigésimo sexta edición de la Fiesta de la Trashumancia, cuya ruta comienza en Picos de Europa y llega a la capital para conmemorar la ley que protege las vías pecuarias de España y el tránsito libre de los rebaños de un lugar a otro.

Las calzadas madrileñas se han llenado este domingo de rebaños de ovejas y cabras retintas que, provenientes del norte, ha hecho parada en Madrid para continuar hacia las cañadas extremeñas a pasar el invierno.

El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, ha dado la bienvenida a los pastores, acompañados por mayorales, rabadanes y ganaderos, y ha recibido el pago de los «50 maravedíes al millar» estipulados por la Concordia de 1418 entre los Hombres Buenos de la Mesta y los Procuradores del Concejo de la Villa.

Ese era el precio que debían pagar los pastores a las autoridades por hacer uso de los senderos. Ambas partes han rubricado un año más esa Concordia.

Martínez-Almeida ha destacado el compromiso del Ayuntamiento de Madrid con la Fiesta de la Trashumancia, que se ha convertido en un ritual del otoño madrileño. «Lo que pasa hoy en nuestras calles es una buena muestra de lo que debe ser la España del futuro, con el mantenimiento de la cultura y las actividades tradicionales, como es la trashumancia, de nuestro ecosistema y de la biodiversidad», ha dicho el alcalde, según una nota del Consistorio madrileño.

Esta fiesta «no es una mera reivindicación del pasado, sino una garantía y homenaje del mejor futuro para los diversos territorios que tenemos en España, donde coexisten realidades tan amplias y diferentes como por ejemplo sucede en la Comunidad de Madrid, donde hay una capital con más de tres millones de habitantes y apenas a 50 kilómetros tenemos un parque natural como es el de la sierra de Guadarrama», ha subrayado el regidor.

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Por la plaza de Cibeles han pasado los rebaños compuestos por unas 1.900 ovejas merinas y 150 cabras retintas propiedad del Concejo de la Mesta.

Esta mañana salieron de la Casa de Campo y, tras subir por la Cuesta de la Vega y cruzar Bailén, recorrieron la calle Mayor hasta la Puerta del Sol, para enfilar después la calle de Alcalá y alcanzar Cibeles, desde donde hicieron el mismo camino inverso hasta la Casa de Campo, antes de partir a las dehesas de Navalquejigo (Fresnedillas de la Oliva) donde realizarán la paridera del rebaño y la invernada.

Es la cuarta vez que los rebaños cierran el recorrido andando ya que hasta 2016 el retorno se hacía en camiones.

El alcalde de Madrid, que ha realizado parte del recorrido a pie juntos a los rebaños, ha destacado «la importancia de dar apoyo, desde una ciudad como la nuestra, a este tipo de actividades, también económicas» y que ayudan a visibilizar a las poblaciones de la «España vaciada».

La fiesta nació a iniciativa de la Asociación Trashumancia y Naturaleza en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid para reivindicar la aprobación de una nueva Ley de Vías Pecuarias, que se promulgó el 23 de marzo de 1995.

El nuevo texto legal que reconoció las cañadas, cordeles y veredas como bienes de dominio público, inalienables, imprescriptibles e inembargables.

La ley se aprobó después de que en 1994 un acto simbólico reivindicara la trashumancia como una forma de ganadería extensiva y sostenible, estrechamente vinculada a valores culturales, ecosistemas y paisajes característicos de la Península Ibérica.