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La Confederación Empresarial Veterinaria Española (CEVE) ha informado de dos casos de perros con listeriosis que consumieron la carne mechada de 'La Mechá', contaminada con la bacteria 'Listeria monocytogenes' y que ha producido un brote en varios puntos de la geografía española, principalmente Andalucía, con dos muertos y casi 200 afectados.

Según CEVE, este segundo perro infectado, que tuvo acceso «de manera accidental» a una cantidad de carne contaminada que se había desechado, fue llevado «inmediatamente» a un hospital veterinario de Sevilla, en donde se le ha practicado un lavado de estómago y se le ha administrado un tratamiento antibiótico preventivo. El animal permaneció inicialmente en observación, aunque ya ha sido dado de alta.

Los veterinarios también han denunciado el primer caso de un perro afectado, «altamente sospechoso» de tener listeria. Se trata de un galgo de 10 años de edad que ha mostrado «síntomas digestivos» tras ingerir carne contaminada. Los propietarios, una familia con varios afectados hospitalizados en Málaga a causa del brote, acudieron a un centro sanitario veterinario el pasado viernes por las sospechas de que su mascota pudiera estar infectada.

«Nos parece sorprendente que desde la administración se siga sin advertir del riesgo que supone una eliminación inadecuada de los restos contaminados, en especial para las familias que tienen animales en sus casas. No es suficiente tirar los restos a la basura, pues no es excepcional que algún animal pueda acceder a ella», comenta la presidenta de CEVE, Delia Saleno.

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La experta ha asegurado que «no se está teniendo en cuenta el papel de los animales como posibles afectados, ni su papel en una posible propagación», lo cual podría llevar «a algún fallo» durante el control del brote.

Por esto, reclama de las administraciones la promulgación de unos protocolos de actuación que indiquen a los centros sanitarios veterinarios cómo han de actuar en cuanto a comunicar de manera eficaz la existencia de un caso sospechoso, de manera que estos centros cumplan su papel dentro del sistema sanitario.

Saleno también ha querido advertir a la población del peligro para la salud pública de las dietas para perros y gatos a base de carne cruda, ya que «al carecer de tratamientos térmicos se pueden convertir en vehículos de transmisión de enfermedades, especialmente en el caso de aquellos microrganismos, como la listeria, que son capaces de reproducirse a temperaturas de refrigeración».

«No debemos olvidarnos de que estas dietas se conservan en la única nevera del hogar y se preparan en la misma cocina que el alimento para las personas, lo que supone un alto riesgo de contaminación cruzada. Además, por el comportamiento de acicalamiento, las bacterias presentes en la boca de los animales se transfieren a su pelaje, representando otra fuente de infección para las personas vulnerables», alerta.