El presidente de la Generalitat, Quim Torra. | David Zorrakino

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El presidente catalán, Quim Torra, ha dicho que tiene previsto «seguir las recomendaciones» del Síndic de Greuges con respecto a la retirada de esteladas y lazos amarillos de los edificios públicos, aunque él no dará «ninguna orden» en el sentido que planteaba la Junta Electoral Central (JEC).

El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha recomendado este miércoles retirar los lazos amarillos de edificios de la Generalitat durante el periodo electoral, cumpliendo con el requerimiento de la JEC, por lo que Torra estudia una alternativa simbólica y, según fuentes de la Generalitat consultadas por Efe, hay diversas opciones sobre la mesa.

En un comunicado, Torra ha expresado su «respeto a la institución de la Sindicatura de Greuges», el defensor del pueblo catalán, como «organismo independiente y propio de Cataluña».

Torra ha «reiterado» en su comunicado que «no da ni dará ninguna orden como le había exigido la JEC», si bien ha señalado que «el Govern acordó el martes que, más allá de su voluntad política, se seguirán las recomendaciones de la Sindicatura de Greuges, manteniendo un respeto pleno a la libertad de expresión».

El president ha manifestado su «convencimiento» de que «los lazos amarillos no son un símbolo partidista» y se ha reafirmado en su «compromiso con la libertad de expresión en el espacio público, que no debe ser neutral, sino libre».

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«Los lazos amarillos, en Cataluña y en todo el mundo, son un símbolo de recuerdo y reconocimiento a aquellas personas injustamente alejadas de su sociedad», ha remarcado.
Según la cronología concretada en el comunicado, Torra pidió verbalmente opinión al Síndic de Greuges el martes de la semana pasada, tras el primer requerimiento de la JEC a retirar la simbología soberanista de los edificios públicos.

El viernes pasado, el Síndic envió un informe al president, que le contestó que le pediría una serie de aclaraciones.

Este martes, Torra comunicó a sus consellers que mantenía su interlocución con el Síndic de Greuges y el Govern acordó que haría caso de las recomendaciones de Ribó, a quien el president remitió la petición de aclaraciones que le había anunciado.

En concreto, las aclaraciones que pidió Torra eran dos: qué se entendía por periodo electoral y qué sucedía en el caso de edificios de la Generalitat gestionados por personal público o funcionario.

El Síndic ha clarificado que el periodo electoral abarca desde el momento de la convocatoria de los comicios hasta la finalización de la votación, y sobre los funcionarios ha indicado que, si bien tienen derecho a la libertad de expresión en su puesto de trabajo, la administración puede circunscribirlo a «determinados espacios del interior de la dependencia» para garantizar la coexistencia de este derecho y el de una «administración neutral».

Según fuentes de diversas conselleries, el resto de departamentos del Govern están pendientes de que Torra tome ahora la iniciativa, para empezar a retirar también en sus sedes la simbología vetada y sustituirla por otras alternativas que, según las fuentes consultadas, podría pasar por flores, adhesivos u otros elementos de color amarillo.