Carlos García Juliá, en una imagen del Ministerio de Interior.

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Carlos García Juliá, detenido el miércoles pasado en la ciudad brasileña de Sao Paulo por su participación en la matanza de los abogados de Atocha en Madrid en 1977, estuvo huido en Bolivia, Chile, Argentina, Venezuela y Brasil, ha informado la Dirección General de la Policía.

Carlos García Juliá ha sido localizado en Sao Paulo gracias a las investigaciones de las policías Nacional española y Federal brasileña y el apoyo de Interpol.

Desde su desaparición en Bolivia, donde fue encarcelado por un delito relacionado con el narcotráfico, se detectó su presencia en Chile, Argentina, Venezuela y Brasil, por donde se movía al disponer de documentación a nombre de otras personas.

Tras su fuga, la Policía siguió diferentes vías de investigación que situaban a García Juliá en Sudamérica y, aunque resultó imposible conocer la identidad que estaba utilizando por las extremas medidas de seguridad que empleaba, comprobó que se movía por dichos países y que no dudaba en tomar vuelos para desplazarse por esos territorios.

García Juliá, que tenía 24 años cuando perpetró los asesinatos de los abogados de Atocha, estaba buscado por las autoridades judiciales españolas desde 1994 tras haber sido condenado por la Audiencia Nacional a 193 años de prisión como autor material de cinco asesinatos.

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Tras el crimen pasó más de un mes escondido hasta que fue detenido el 11 de marzo de 1977 e ingresó en prisión hasta la celebración del juicio y fue condenado por la Audiencia Nacional a la pena referida.

En 1991 se le concedió la libertad condicional, en 1994 solicitó autorización judicial para salir de España y desde entonces se mantuvo desaparecido al no comparecer ante un requerimiento judicial formal de diciembre de ese año.

En 2017 se emitió una orden internacional de detención, momento en el que se iniciaron las gestiones más intensas para dar con el paradero de García Juliá.

La investigación determinó que podría estar en la ciudad brasileña de Sao Paulo, donde residiría fugado bajo la identidad de un ciudadano venezolano.

El pasado mes de julio, gracias a la cooperación internacional, la Policía Federal de Brasil detectó a García Juliá en el país y se lo comunicó a la Policía Nacional española.

En ese momento se iniciaron las gestiones de solicitud para su extradición y, tras cotejar las huellas dactilares y corroborar que se trataba de la persona buscada, se pusieron en marcha las gestiones documentales para ejecutar su detención y extradición a España.