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La OCDE ha recomendado a España que extienda el tipo general de IVA eliminando los tipos reducidos, salvo para bienes de primera necesidad como los alimentos, lo que propone compensar con una rebaja de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social para los trabajadores con menor retribución.

En su informe bienal sobre la economía española, el organismo sugiere que el Gobierno español «podría hacer más para dar prioridad al empleo y mantener una distribución justa de la carga impositiva».

A juicio del organismo, la rebaja de las cotizaciones sociales tendría que ser permanente, ya que cree que las medidas de índole temporal no sirven para estimular plenamente la contratación a largo plazo.

En este sentido, opina que la tarifa plana de 100 euros al mes de cotización durante dos años para los contratos indefinidos que se firmen hasta el cierre del año es regresiva, porque implica un impuesto mayor para los trabajadores con menor retribución.

Respecto a la eliminación de los tipos reducidos de IVA reconoce que la medida también es regresiva, por lo que propone mitigar su impacto sobre las rentas más bajas mejorando la red de protección social o excluyendo bienes de primera necesidad como los alimentos, aunque esta protección podría minorar la efectividad de la medida.

La OCDE admite que eliminar los tipos especiales de IVA «dañaría el importante sector turístico» frente a otros competidores, pero cree que este efecto negativo podría ser compensado con la reducción de las cotizaciones sociales.

Para que el sistema tributario español sea más favorable al crecimiento, la OCDE propone aumentar los impuestos sobre actividades nocivas para el medio ambiente y los tributos sobre bienes inmuebles, «ninguno de ellos especialmente elevado en España».

También plantea suprimir la deducción fiscal por pagos hipotecarios para quienes compraron su vivienda habitual antes de enero de 2013, ya que considera que tendrá un coste de 1.800 millones de euros en 2014 cuando «únicamente beneficia a un grupo de hogares».