El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, durante la celebración hoy de la misa mayor en honor a la Virgen en la basílica de Santa María del Koro, ceremonia en la que ha cantado el Orfeón Donostiarra. | Javier Etxezarreta

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El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla afirmó ayer que «los hijos que sobrevivan al aborto hoy, serán los ciudadanos del mañana». En este contexto indicó que «calificar de progresista el derecho a acabar con la vida humana en el seno materno, es similar a reivindicar como progresista el derecho del empresario al despido libre y sin contraprestación alguna».

Munilla aprovechó la Eucaristía con motivo de la festividad de la Asunción de la Virgen, para defender el «derecho» a elegir la asignatura de religión en los centros educativos «sin coacciones», así como para clamar contra el aborto y la creación de empleo de «ínfima calidad» como consecuencia de la crisis.

En su homilía en la basílica de Santa María de San Sebastián, el prelado donostiarra señaló que solo puede encontrarse la felicidad «en Dios» y para lograrla hay que se «sencillos y humildes». Además, se ha referido a tres cuestiones «de suma importancia para la construcción del Reino de Dios en nuestra sociedad y cuya concreción va a tener lugar de inmediato, al inicio del próximo curso», la aplicación de la nueva regulación en el sistema de enseñanza de la asignatura de Religión; la reforma de la regulación legal del aborto y la lucha contra el paro.

Munilla recordó que el próximo curso escolar comienza a aplicarse en Euskadi la regulación de la asignatura de Religión, con una oferta alternativa de otra asignatura de Educación en Valores, lo que, a su juicio, supone «una oportunidad para normalizar la educación, bien sea desde el punto de vista laico, o desde el punto de vista religioso».

En este sentido, opinó que se trata de una «oportunidad que nuestro sistema de enseñanza no debiera desaprovechar» y advirtió de que «se equivocan quienes hacen de esta cuestión una bandera partidista».

Jurisprudencia

Tras apuntar que los tribunales de justicia «han sentado ya una jurisprudencia sólida, para afirmar que desde el punto de vista del respeto a los derechos fundamentales, la asignatura de Religión ha de ser de oferta obligatoria por parte de los centros, y de libre elección para los padres», Munilla señaló que las citadas sentencias judiciales disponen «la necesidad de regular una asignatura alternativa, que a tenor de la emergencia educativa en la que estamos inmersos, parece obvio que debiera abordar la educación en la ética».

José Ignacio Munilla también hizo referencia «al drama del desempleo» y alertó de la «tentación» de crear «empleo de ínfima calidad, abusando del estado de máxima necesidad en el que se encuentran los parados de larga duración».

Después de reconocer que la salida de la crisis «requiere del sacrificio de todos», el obispo consideró que «la llamada al sacrificio colectivo, no puede ser el marco para un retornar a la cultura del enriquecimiento fácil, del que fuimos testigos en los años anteriores a la crisis».

Por último, Munilla también hizo alusión a la «situación de guerra en la que viven muchos pueblos hermanos», en la que «los niños son las víctimas más destacadas».

También denunció «las situaciones de persecución, que transcurren de forma paralela a esos conflictos bélicos, y de las cuales los cristianos son los principales destinatarios».