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Tres años después de que surgiera el movimiento 15M, miembros y simpatizantes mantienen «la misma ilusión por cambiar el mundo» y ensalzan la «pluralidad» de corrientes y «alternativas reales» que están influyendo «en la forma de hacer política».

Madrid fue la ciudad que germinó este movimiento en 2011, cuando miles de ciudadanos salieron a las calles a manifestar su descontento por la crisis económica y la situación política y este jueves, tres años después, el 15M sigue dando de qué hablar tras haber generado numerosos movimientos, organizaciones, plataformas sociales e incluso haber impregnado la acción de los partidos políticos.

Y justamente Madrid, la ciudad que acogió las primeras manifestaciones de miles de indignados, es una de las que conmemora el aniversario con decenas de actos en la Puerta del Sol -a los que se han sumado centenares de personas a lo largo del día- para transmitir que el 15M se mantiene, está en «regeneración constante» y forma parte de la «conciencia colectiva».

En ambiente festivo y reivindicativo, algunos simpatizantes han recitado tonadillas: «Siempre ha sido la nobleza de la juventud sin manchas la que inicia las protestas para ver si todo cambia, y ha llegado ya la hora de podernos expresar, sin que nos pisen ni callen los que no quieren cambiar».

Esta es la que reivindicación de José, simpatizante que se declara «imbuido» por el movimiento y que ha recordado las grandes manifestaciones que se llevaron a cabo en Sol en 2011, en las que soñó que «iba a cambiar la historia del mundo» ya que, pese a sus 70 años, se mantiene como «un joven antiguo» que tiene «la energía suficiente» para «salir a la calle, ilusionarse y seguir creyendo que todo puede cambiar».

«Nosotros tenemos el poder de poder cambiar estas cosas, aunque nunca se lo acaba de creer el pueblo, porque nadie le motiva y le dice que tiene el poder en sí mismo de cambiarlo: sin violencia», ha exclamado.

Entre los miembros del 15M estaba Manolo, un conocido sexagenario que pertenece a la Asamblea de Economía, quien ha explicado que en tres años el 15M se «ha extendido» y ha posibilitado» un «movimiento popular mucho más despierto» en el que confluyen desde plataformas contra los desahucios, hasta «mareas ciudadanas» que protestan frente a los recortes.

En definitiva, el 15M ha cambiado, a su parecer, la forma de hacer política y ha puesto sobre la mesa «nuevos planteamientos» que ponen de manifiesto la «crisis real del sistema": «No problemas pequeños sino de fondo», ha matizado.

Ha considerado que a día de hoy el movimiento puede propiciar otro «estallido social» en función de «la chispa» que lo provoque, con la diferencia de que «la indignación que había entonces (hace tres años) era sobre una sociedad muy adormecida».

«Si hoy vuelve a estallar será con una sociedad mucho más consciente», ha opinado este miembro de la Asamblea de Economía, quien ha valorado que el movimiento haya provocado que la «la gente» no se «conforme» sino que luche «en otras instancias».

Para Marita, miembro en la Comisión del Mayo Global 2014, el movimiento tres años después es «muy diferente», ha dicho, mientras acababa de delinear una pancarta en una zona muy próxima a donde se llevaba a cabo la asamblea «Genocidio financiero» y «No nos representan», el primer acto del día.

Las asambleas del 15M, ha proseguido, «han contaminado todo el movimiento y la escena política, tanto en España como en decenas de países del mundo», lo que ha «producido muchas alternativas» y una «pluralidad interesante a nivel teórico y práctico» de corrientes que claman por mejorar la calidad democrática y la del sistema.

Otros simpatizantes como Antonia, que se define como madre «indignada», confiesa haber ido a casi todas las manifestaciones desde que nació su hijo que, al igual que el 15M, ahora tiene tres años y al que quiere inculcarle el espíritu de que «las cosas pueden cambiar».