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El portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso Rafael Hernando ha mostrado este miércoles su «respeto» por las víctimas del franquismo y ha insistido en que hace unas semanas se le atribuyeron unas declaraciones sobre este colectivo que habían sido «arteramente manipuladas» por «la izquierda», pero el PSOE no ha dado crédito a sus explicaciones y le ha exigido que pida «perdón» a las familias de quienes «perdieron la vida por defender la democracia» española.

Este nuevo rifirrafe a cuenta de las palabras achacadas a Hernando acerca de que las familias de las víctimas de la guerra y la dictadura se acordaron de sus allegados cuando hubo subvenciones de por medio se ha producido en la última sesión de control al Gobierno de este año.

Durante la pregunta sobre memoria histórica que formuló al ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, el diputado socialista Luis Tudanca instó a su interlocutor a reprobar a Hernando por sus manifestaciones, pero no encontró respuesta.

Después de las preguntas al Gobierno, el presidente del Congreso, Jesús Posada, concedió al diputado 'popular' un turno por alusiones. Hernando reiteró que, «20 días después» de haber participado en una tertulia, su intervención fue objeto de una «auténtica manipulación arteramente prefabricada por parte de la izquierda».

El dirigente 'popular' ha lamentado que, pese a sus aclaraciones, el PSOE y otros partidos de izquierda, hayan insistido en atribuirle «manifestaciones que cuestionaban el dolor de las víctimas del franquismo».

NADA MAS LEJOS DE LA REALIDAD

«Nada más lejos de la realidad, nada más lejos de mi voluntad», ha apuntado, antes de mencionar una sentencia del Tribunal Supremo que define como «delito calumnioso el atribuir manifestaciones no pronunciadas de forma artera y descontextualizada».

A continuación ha añadido que durante la tramitación de la Ley de Memoria Histórica de 2007, el PSOE e IU establecieron un límite para que sólo pudieran recibir subvenciones para la búsqueda de desparecidos las asociaciones que se hubieran constituido antes de junio de 2004.

«Por lo tanto -ha proseguido Hernando- hubo muchas asociaciones que se inscribieron con posterioridad a raíz de que se conociera que iba a haber subvenciones. Esto no lo hizo mi grupo, lo hicieron ustedes, por lo tanto, no me atribuyan a mí cosas que yo no he dicho para intentar faltar a la verdad».

Justo después ha mostrado su «respeto a las víctimas de la Guerra Civil y de las dictaduras», lo que ha soliviantado a la bancada socialista y ha llevado a Posada a intervenir: «Parece mentira que no puedan escuchar, esperen ustedes que a termine y luego hagan exclamaciones, coño», ha soltado el presidente del Congreso, pidiendo también brevedad a Hernando: «Termine ya porque esto no es un discurso».

«Mi respeto a todas las víctimas de la violencia, el terrorismo, la guerra y la dictadura», ha apostillado Hernando, antes que de Posada le cortara para dar la palabra a Tudanca. El diputado socialista ha arrancado subrayando que si su colega había necesitado «más de cinco minutos para explicar una frase de pocas palabras» es que tenía «un problema».

LO QUE DIJO «ESTA GRABADO»

Tudanca ha hecho hincapié en que lo que «dijo» Hernando «está grabado». «Todo el mundo lo ha podido escuchar, todo el mundo sabe lo que dijo, yo sólo le he pedido que rectificase y que, a ser posible, hubiera pedido perdón», ha afirmado, lamentándose de que, en vez de hacerle caso, Hernando prefiera «confundir», «enredar» y «amenazar con demandas y querellas por injurias y calumnias».

«Yo no me siento agredido ni calumniado, usted a quien ha faltado al respeto a aquellos que perdieron a familiares que dieron su vida por la democracia en este país. Eso es lo que tiene que reflexionar y pensar. Véase otra vez, escúchese a sí mismo, que le gusta mucho, reflexione y venga en enero hecho el propósito de enmienda de año nuevo y pida perdón a las víctimas del franquismo», ha apostillado.

Tras esta apelación, Hernando ha intentado que Posada le diera otra vez la palabra, pero el presidente del Congreso se ha negado alegando que todo estaba ya «perfectamente claro» y dando el asunto por zanjado.