El ministro Fernández Ordóñez señala que ya no busca alternativas a las concertinas. | JULIEN WARNAND

TW
1

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, sostiene que no tiene por qué buscar una alternativa al uso de concertinas en la valla fronteriza con Marruecos y que la mayor parte de la sociedad española apoya la decisión sobre su colocación que ha adoptado su departamento porque no quiere que entren en territorio nacional inmigrantes ilegales.

Fernández Díaz ha definido las concertinas como un instrumento «disuasorio, pasivo y no agresivo» y las ha contrastado, por ejemplo, con la utilización de perros de presa o la colocación de campos de minas en las fronteras.

El titular de Interior ha dejado claro que él no tiene obligación de buscar una alternativa a las concertinas y que, en todo caso, tendrán que hacerlo los que se han mostrado en contra de su utilización.

También ha quitado importancia a las declaraciones sobre este asunto realizadas por la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, recalcando que ella nunca cuestionó la legalidad de las cuchillas sino su eficacia y que, en cualquier caso, se trataba de una opinión personal y no de la Comisión Europea.

Por otra parte, más de 2.270 inmigrantes han conseguido entrar en Melilla en el 2013 -hasta el 1 de diciembre-, una cifra que supone un ligero incremento con la registrada en el 2012, con 2.186 entradas, pero que dista mucho de las 3.245 personas que consiguieron ese objetivo en el 2005, el año de las «avalanchas».

Según datos facilitados por la Delegación del Gobierno, tras el 2005, la presión migratoria cayó de manera considerable en los años sucesivos, pero sufrió un gran repunte en el 2011, año que marca el inicio de la situación que se vive en la actualidad. De las 3.245 entradas del 2005, se pasó a 655 en el 2006, 704 en el 2007 y 882 en el 2008.