El ministro de Economía y Competitividad, en una imagen de archivo. | Carlos Montes de Oca

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El ministro de Economía y Competitividad de España, Luis de Guindos, negó ayer que haya recibido presiones de sus socios europeos para prolongar el programa de asistencia financiera concedido al país para sanear su banca, una vez expire a finales de año.

«No, en absoluto, no he tenido presiones de ningún tipo», afirmó De Guindos al término de la reunión informal de titulares del ramo de la Unión Europea (Ecofin).

«Hemos acordado que en el mes de noviembre tomaremos formalmente la decisión sobre el programa de asistencia financiera», añadió.

El ministro español explicó que los socios de la moneda del euro tomarán en noviembre la decisión formal sobre el cierre del programa español, una vez finalice la cuarta revisión a cargo de la troika, la tríada formada por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

Respecto a las voces que apuntan a la conveniencia de que España solicite una prórroga del programa o una línea de crédito europea de la que pueda disponer en caso de necesidad, De Guindos indicó que «lo importante es lo que se dice oficialmente y lo que luego tiene efectos desde el punto de vista de la legalidad comunitaria».

«Por el buen camino»

El vicepresidente de la Comisión Europea (CE) y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, afirmó este viernes que aún es «demasiado pronto para decir» cuál será la fórmula que se aplique a España.

Además, recordó que el programa de saneamiento de la banca española «ha estado en el buen camino y se mantiene en el buen camino».

De Guindos coincidió en este análisis y recalcó que España no necesita una prórroga del programa ya que «la situación es completamente distinta» respecto al momento en que el Gobierno español solicitó a sus socios asistencia financiera para sanear su sector bancario.

«España tuvo que pedir asistencia porque las condiciones de acceso al mercado eran extremadamente difíciles», señaló el ministro español; «hoy la situación es completamente distinta» y el país «no tiene problemas para financiarse en los mercados y se han despejado las dudas», apuntó.

Además, destacó que se ha logrado disipar la dudas en torno a la solvencia del país, «que eran injustificadas».

En concreto destacó la transparencia que ha aportado la reestructuración llevada a cabo en el sector financiero, así como el traspaso de los activos tóxicos al 'banco malo'.