El jugador del Barcelona Gerard Piqué (centro - i), acompañado por el entrenador argentino del club azulgrana, Gerardo "Tata" Martino (centro - d), durante la tradicional ofrenda floral ante el monumento de Rafael Casanova con motivo de la Diada de Cataluña. | ALBERT OLIV

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Una lluvia de baja intensidad pero persistente ha deslucido esta mañana las tradicionales ofrendas florales al monumento a Rafael Casanova con motivo de la Diada de Cataluña, en la que de forma insólita se ha colado por unos minutos una bandera española de la mano de una formación ultraderechista.

Algunos dirigentes independentistas como el republicano Alfred Bosch murmuraba algo nervioso que «San Pedro» no se había enterado este año de que hoy se celebra la Diada -la lluvia no acostumbra a aparecer este día-, sobre todo pensando en la cadena humana independentista que esta tarde pretende recorrer Cataluña de norte a sur a lo largo de 400 kilómetros.

De hecho, las previsiones meteorológicas apuntan la posibilidad de que entre Girona y Barcelona esta tarde descargue algún aguacero, lo que también preocupaba a algún miembro del Govern, que sopesaba llevarse un buen chubasquero para aguantar el tipo si llovía en su tramo de la cadena a partir de las 17.14 horas, hora de arranque de la denominada Vía Catalana hacia la Independencia.

Pese a la persistente lluvia fina, las ofrendas florales se han celebrado con una cierta normalidad, si bien la banda de música sólo ha podido interpretar, ante esta circunstancia meteorológica, las notas del himno nacional de Cataluña, Els Segadors, cuando el Govern y la Mesa del Parlament han rendido homenaje a Rafael Casanova.

El resto de instituciones, partidos y entidades han realizado su ofrenda floral con una música grabada emitida por la megafonía.

Todos menos una formación denominada «Catalunya desperta ja» (Cataluña despierta ya), un grupúsculo de ultraderecha escindido de Plataforma per Catalunya, cuyos dirigentes han situado una bandera española a los pies de la estatua de Rafael Casanova entre los insultos de algunos ciudadanos de dentro y fuera del perímetro de seguridad.

El presidente de esta organización, Gerard Bellalta, se ha lamentado posteriormente de que no sonasen las notas de Els Segadors y eso que, ha asegurado, «nos habíamos inscrito en protocolo», y ha justificado la acción de poner la bandera española en que «Rafael Casanova era españolista».

En todo caso, la 'rojigualda' no ha durado ni cinco minutos al pie del monumento, ya que un miembro de la comitiva de la Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña la ha retirado entre aplausos y gritos de independencia cuando esta entidad ha hecho su propia ofrenda, esta vez sí, bajo los acordes de Els Segadors.