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La Ley de Costas, la norma que intentó salvaguardar al menos la playa del ladrillo, está a punto de sufrir su primera reforma de calado. El Consejo de Ministros estudiará hoy el borrador diseñado para modificar la ley, que fue aprobada en 1988 tras una polémica tramitación.

Todo apunta a que la reforma alargará las concesiones a las casas construidas sobre la arena, permitirá nuevos usos en el litoral y facilitará los trámites para privatizar terrenos degradados. El cambio ha levantado a los ecologistas pero también a expertos en urbanismo.

Por su parte, los propietarios de viviendas en primera línea esperan ansiosos un nuevo marco legislativo que acabe con sus problemas legales.

Escepticismo

El coordinador estatal de Ecologistas en Acción, Paco Segura, ha señalado que «aunque el ministro Arias Cañete ha asegurado que la reforma de la Ley de Costas no va suponer una desprotección para el medio ambiente, la mayoría de las organizaciones ecologistas son tremendamente escépticas al respecto».

«Lo cierto es que es la primera ley ambiental que se modifica desde la llegada al Gobierno del PP y, por lo tanto, es un 'test' que nos hará saber hasta dónde quiere llegar el Ejecutivo en este campo», ha apostillado.

Según ha adelantado el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, esta reforma «profunda» de la Ley de Costas pretende «armonizar el desarrollo económico con la decidida protección de los recursos naturales». Durante la toma de posesión de altos cargos de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, el ministro afirmó que «es compatible el desarrollo turístico con el respeto y la protección ambiental».