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La banda terrorista ETA pide a sus presos en el boletín interno Ekia del mes de octubre que no pidan perdón a sus víctimas y que tampoco paguen los daños causados a las mismas. Según el diario Deia, que publica el texto, estas exigencias forman parte del listado de actuaciones que vertebran la «posición necesaria a mantener en la cárcel».

Además, endosa en exclusiva al Estado la responsabilidad sobre cualquier daño causado -deja caer que solo trabajará por las víctimas causadas por él-, y matiza que la damnificada por excelencia en el conflicto ha resultado ser Euskal Herria. En el documento, ETA considera que las instancias estatales han convertido a las víctimas en «sherpas de la represión». Además, aluden brevemente a la asociación de damnificados que tienen «intención de crear».

El citado periódico precisa que aunque el texto data de octubre del pasado año, y que los presos podrían haber modificado sus consideraciones -está previsto que en enero hagan públicas las conclusiones de su debate-, la literalidad del documento se sitúa en el extremo contrario a las reclamaciones de buena parte del arco político vasco.

El 20 de octubre, cuando ETA decidió poner fin a la violencia con carácter definitivo, las mismas formaciones lamentaron la ausencia de un pronunciamiento sobre las 829 víctimas causadas por su estrategia violenta.

Por lo que respecta a la banda terrorista y a las muertes que causó su estrategia, el boletín reconoce que el Estado «ha ganado mucho terreno» y que no se habría cultivado ese campo con la suficiente dedicación.

«Tenemos que tomar como punto de partida la pérdida del ámbito ideológico y la referencia en este campo, porque durante años no nos hemos dedicado a este tema como deberíamos. Ideológicamente, el Estado ha ganado mucho terreno», sostiene el EPPK, que sigue rechazando que sus miembros suscriban la carta de petición de perdón que exige el Ministerio del Interior para acogerse a beneficios penitenciarios individuales.

Por ello, el colectivo insta a tomar medidas. «Este tema requiere un gran trabajo ideológico, haciendo nuestro el concepto de víctima, teniendo en cuenta en todo momento que la misma Euskal Herria es víctima del conflicto, y trabajando la perspectiva total de los daños y duras consecuencias causados por el Estado en este pueblo», dicen.