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El preso de ETA Jon Agirre Agiriano ha salido a primeras horas de hoy de la prisión vizcaína de Basauri tras cumplir 30 años de condena, el máximo según el Código Penal por el que fue juzgado, según han informado a Efe fuentes penitenciarias.

Agirre Agiriano ha abandonado la cárcel de Basauri, a la que había sido trasladado por sufrir una enfermedad incurable, poco antes de las 7 de la mañana de hoy, tras ser el segundo preso etarra que ha cumplido más tiempo ininterrumpido de condena después de José María Sagarduy «Gatza», que salió de prisión el pasado 13 de abril tras casi 31 años en la cárcel.

Agirre, de 69 años y nacido en Aramaio (Alava), comenzó a colaborar con ETA en 1979 encuadrado en el «comando Iharra» que actuó en Guipúzcoa.

Participó en varios atentados, entre ellos el asesinato del marmolista José Arcedo Quiles en Eskoriatza (Guipúzcoa) el 24 de marzo de 1980.

Asimismo intervino en la colocación de un artefacto explosivo debajo del automóvil de un guardia civil en Azkoitia (Guipúzcoa) que no explosionó y quedó abandonado. Un niño de 13 años, José María Piris Carballo, murió como consecuencia de la explosión al golpear el paquete.

La Guardia Civil le detuvo el 9 de mayo de 1981 en Mondragón en una operación en la que fueron desarticulados dos comandos y detenida una veintena de miembros de ETA militar.

La Audiencia Nacional le condenó por los asesinatos del niño José María Piris y el de José Arcedo Quiles, entre otros atentados, a penas que sumaban más de 70 años de prisión.

Acercamiento

Agirre Agiriano fue uno de los etarras que se beneficiaron del acercamiento a cárceles en territorio peninsular durante la tregua de 1998, ya que cumplía condena en la prisión de Tenerife II y fue trasladado a la de Huelva.

En esta prisión protagonizó una huelga de hambre junto a otros siete reclusos de la banda terrorista durante mayo de 2000 para pedir el reconocimiento de presos políticos y parar las extradiciones de miembros de ETA a España.

Como consecuencia de la aplicación de la «doctrina Parot», por la que se computan los beneficios penitenciarios sobre cada una de las condenas y no sobre el total de años de cumplimientos, su salida en libertad, fijada para octubre de 2006, se retrasó hasta mayo de 2011.

En el caso de Agirre Agiriano la «doctrina Parot» garantizó el cumplimiento de 30 años de prisión, que era el máximo contemplado en el Código Penal de 1970 bajo el que fue juzgado y condenado.

Por su delicado estado de salud, entre otras dolencias sufre un artrosis general, Agirre Agiriano ha cumplido la última parte de su condena en la prisión vizcaína de Basauri.